EP#151: Amo el divorcio
(Sonido de teletipo)
Este episodio no pretende dar ningún consejo... cada quien pus... básicamente que cada quien haga lo que quiera... ideas, cifras, reflexiones y sarcasmo. Básicamente lo mismo que en cualquier episodio, pero no está de más decirlo... no vaya a pensar que de aquí va a resolver su vida. Queda usted avisado.
…
Porque nos divorciamos... (Sonido de disco deteniéndose) Momento... faltan signos de interrogación... ¿Por qué nos divorciamos’... si... eso hace más sentido.
¿Porque nos divorciamos? La pregunta es retórica claro... pero tienen más que ver con el principio. ¿Por qué nos casamos? En fin... Eché mano de todos, de científicos, de psicólogos, de economistas, de periodistas, de expertos en derecho... y la respuesta es que... quien sabe... Lo que sí, he escuchado muchas veces “quiero el divorcio”, pero aún más veces “amo el divorcio”.
Yo soy Rodrigo Llop y yo te cuento.
Y si... esto es Azul Chiclamino, la realidad de lo absurdo.
“Mi esposa y yo estuvimos felizmente casados por 20 años, luego, nos conocimos”. El mejor punchline de Rodney Dangerfield.
El divorcio, más común que el matrimonio hoy en día. La gente casada y, sobre todo, que permanece casada, disfrutan una vida emocional y física mejor que los no casados. Te apuesto que pensabas lo contrario... porque luego luego a juzgar... que, si el soltero y el divorciado o la soltera y la divorciada se la pasan re bien, viven mejor, duermen más a gusto... Pues no... No lo digo yo, no me arrojen piedras o tomates. Lo dice Linda J. Waite y Maggie Gallagher en The case of Marriage. Lo mismo sucede con los hijos de casados. Viven mejor y tienen una menor incidencia criminal a aquellos cuyos padres no están casados. Pues debería ser requisito para todo quien trabaje en el gobierno... “padres casados”, claro, además del “inútiles presentarse sin curriculum... inútil-es, quiero decir”. Porque no más hay que ver la impresentabilidad... Bien... ¿Qué tanto? Pues más o menos se presenta un 36% menos. ¿Es suficiente razón para casarse? Pues tal vez si, tal vez no... no lo sé. Lo cierto es que la estabilidad y el éxito marital está asociado con la razón por la cual dos personas deciden casarse, indica John Eekelaar en Why people marry. The many faces of an institution...La razón... interesante.
https://www.jstor.org/stable/25740621?read-now=1&seq=1#metadata_info_tab_contents
Lo cierto es que hay tres cifras que son brutalmente interesantes. Primero, Pi. 3.1416, nada tiene que ver con esto, pero no deja de sorprenderme. Segundo, el matrimonio va a la baja. Tercero, el divorcio va al alza. En México, de 700 mil matrimonios que se “celebraban” al año en el 2000, la cifra cayó a 500 mil en 2018, indica INEGI. En el mismo periodo, los divorcios fueron de 50 mil a 150 mil al año. Las tendencias son similares en el resto del mundo.
https://www.inegi.org.mx/temas/nupcialidad/
Para entender el divorcio, hay que entender el matrimonio y aquí la cosa se pone color de hormiga, porque muchos matices hay del matrimonio. Desde el “Matrimonio es como el demonio” de Mauricio Garcés al rosado y pegajoso del Crucero del Amor... Hoy entendemos que el divorcio es la antítesis del matrimonio. El matrimonio es amor, el divorcio es falta de amor. No siempre fue así. Desde el año 0 al año 1600, indica Ruth Lee Johnson para Psychology Today, la iglesia tenía el monopolio del matrimonio. El divorcio no existía, bueno, tal vez exceptuando razones específicas como abuso y otras faltas. Entonces, el matrimonio no se basaba en el amor, se basaba en la conservación de tierras, riquezas, estabilidad o títulos. Incluso, en el siglo 18, el amor pasional entre casados era pecaminoso. ¿Entonces cuando cambia? Pues al igual que hoy lo influye todo la TV -sobre todo las telenovelas- y el cine, novelistas románticos pusieron la idea en la mesa. El matrimonio paso de ser económico y religioso a ser emocional y romántico. De funcionar con la lógica a funcionar con la ilógica. Y al fin llego la importancia de incorporar el fin del matrimonio. Cuando acaba el amor, comienza el divorcio. Si mis queridos amigos, el divorcio nace, precisamente del amor. Y es asi como la vida nos regala el sarcasmo en su forma más simple y pura.
https://www.psychologytoday.com/us/blog/so-sue-me/201408/the-real-reason-why-we-divorce
Así es que partamos de ahí. ¿Por qué se casa la gente? Me gustaría preguntárselo a Oprah Winfrey o a Martha Stewart o a Martha Debayle o a Lolita Ayala ya de perdida, pero nada mejor que un académico en Derecho para contestarlo... ese sentido práctico que tienen los abogados, de ver el amor. Eekelaar, investigador del Oxford Centre for Family Law and Policy, índica que hay cinco razones.
Por convención: religiosas, culturales sociales. Porque es lo que toca o lo que sigue.
La manifestación al exterior de un sentimiento interior. ¿Ves? Me encantan los abogados. Decirle al mundo que tienes un sentimiento hacia la otra persona.
Confirmación interna del pasado: Te sientes bien de lo que ha sucedido hasta ahora en tu vida y quieres que ese estado continúe por el resto de tu vida. Es la celebración a lo que ha sucedido.
Confirmación Interna de un futuro: Es un compromiso del futuro. Normalmente un evento como tener hijos. “Me caso porque tendremos hijos”. Es celebrar el futuro.
Objetivos pragmáticos: El matrimonio como una necesidad. “Mi esposo(a) se va a otro sitio y la única forma de ir es casándome”
Es muy interesante, si hablamos de celebrar al pasado –a lo que fue o la historia de dónde venimos- de celebrar el futuro -lo que queremos que sea-, incluso al amor a uno mismo... - “me caso porque me siento bien YO”, claro, con alguien más, pero es personal. Otras, por convenciones legales o social-religiosas.
Entonces ¿Por qué se divorcia la gente? Obvio, porque esa celebración termino, porque no me siento bien con el pasado o porque no hay más que sentir en el futuro. Porque no me siento bien yo. Porque el amor terminó o las condiciones han cambiado... Dicho de otra manera, desde casarse por razones equivocadas –como dinero-, hasta la pérdida de identidad individual, indica Huffington Post. No saber ya quién eres o confundir los roles con la pareja, no tener una visión conjunta, expectativas no cumplidas, razones financieras, perder interés en la pareja, intimidad o perder las cosas en común. Diferentes prioridades o intereses y por supuesto, el no poder resolver los problemas, o simplemente, mal aliento o por dejar los calcetines en el piso o por supuesto, por andar de picaflor.
https://www.huffpost.com/entry/10-most-common-reasons-people-divorce_b_8086312
Así es que, sé que te lo estás preguntando. Porque así llegue yo a este tema. Yo me pregunte a mí mismo. “Oye Rodrigo, ¿Cuántos matrimonios terminan en divorcio?” y si... yo solito me contesté. Mira Rodrigo: En Estados Unidos el 50% de los matrimonios termina en divorcio. ¿En el resto del mundo? Es difícil citar cifras de países en los que nada se mide, pero todos saben exactamente cuánto. Se reporta el 40% en México, el 50% en Argentina, el 70% en España. Todas, cifras... más o menos verificables. La cosa es que la cifra es espeluznante de por sí. Es una institución que tiene entre un 40% y un 70% de probabilidad de fracaso. Es un volado o una moneda en el aire. Es comparable con las cifras de alopecia en hombre maduro. 66%. Desgarrador.
México:
Argentina (50%)
España (70%)
The Economist muestra una tabla con tasas de divorcio por millar de habitantes. ¿Cuántos divorcios hay por cada 1000 habitantes? Al menos así se puede normalizar la cifra y compararla de país en país.
El país con menos divorcios por millar es Guatemala, seguido por Qatar, y Perú. Con 0.4, 0.4 y 0.5 respectivamente. Panamá y México 1.1, España 2.1, Estados Unidos 2.5, Costa Rica y Puerto Rico 2.6 y Cuba, el más alto en Latinoamérica con 2.9. ¿El número 1? Rusia con 4.7.
https://worldinfigures.com/rankings/index/219
http://worldpopulationreview.com/countries/divorce-rates-by-country/
¿A que se debe la diferencia? Bueno, pues a factores como desarrollo económico, Que tantas mujeres trabajan o son económicamente independientes, la tasa de católicos en el país, y pues también es de aguante... Los rusos no aguantan como los latinos... ¿Qué no?
Mark Banschick, M.D, confirma en un estudio, que el 50% de los matrimonios termina en divorcio. La cifra es espeluznante. Pero aquí el giro de tuerca: el 67% de los segundos matrimonios termina en divorcios y ¿el tercero? 73%. Renée Pelts Dennison Ph.D. explica que, si uno es divorciado, la probabilidad de divorcio en el segundo matrimonio aumenta, pero que, si ambos son divorciados, puede dispararse aún más la cifra. Es como una matrioshka de matrimonios rotos.
¿Porqué? Bueno, porque al segundo matrimonio se le entra como gorda en tobogán... de volada, sin pensar (silbido) y sobre todo sin sanar. En el denominado “rebote” del primer divorcio. Personas sumamente vulnerables. No se deja pasar el suficiente tiempo de recuperación y las prioridades no están aún bien colocadas, las razones para casarse son, normalmente, erróneas y se repiten los mismos errores. Banschick piensa que hay menos... “pegamento” en los segundos matrimonios: hijos, familia. La relación padre-hijo puede causar conflictos. Dado que los hijos son, en muchas ocasiones, producto de la primera pareja, y al final, es más fácil volar que resolver conflictos ajenos.
Lo cierto es que el matrimonio ha evolucionado enormemente por diversas razones. Hay un movimiento importante en la forma de verlo. Factores económicos, tecnológicos y sociales, entre otros han modificado la estructura del matrimonio, indica Belinda Luscombe en Marriology, The art and science of staying together. Es en las últimas décadas en las que hemos visto movimientos económicos importantes en el mundo, en la forma de generar ingresos, ahorros y movilizar el dinero, en el comercio y en los trabajos. A nivel tecnología, las últimas dos décadas han traído más cambios que nunca antes. La forma de comunicarnos, de relacionarnos, de intercambiar y, nuevamente, de trabajar. Y ni se diga de los factores sociales. La ruptura de esquemas, estereotipos y barreras raciales, de género, de edad, de nacionalidad y religiosas son brutales, sobre todo a la hora de relacionarse en el matrimonio. Los millenials ven normal el matrimonio interracial, interreligioso e inter... sexual... Solamente ponte a pensar ¿Hace cuánto verdaderamente se le permite a la realeza no tener que casarse con realeza? ¡Pus porque ya todas las familias reales en Europa son al menos primos o primos segundos en el mejor de los casos! Hace falta un refresh sanguíneo al menos... Factores reales... reales de realeza no de realidad, pues. ¿Por qué habríamos de pensar, entonces, que las reglas del matrimonio son las mismas que las de nuestros padres o incluso abuelos? ¿Estamos tomando las decisiones correctas en tiempos distintos o debemos pensar de otra forma? En este mundo cambiante, ya nada es lo que era. ¿Qué busca la gente hoy? “Una relación que los haga una perfecta versión de sí mismo”, continua Luscombe. “Realización, estimulo, seguridad, devoción, estatus, liberación, conexión, colaboración, mejora, transformación...” y si eso no se tiene en una relación, entonces ¿para que seguir adelante?
Así es que ¿qué sigue? Pus yo que se... No sé... Para evitar la contaminación tal vez deberíamos eliminar las chimeneas, puede que funcione. Para eliminar los problemas de migración, tal vez debamos eliminar las fronteras, para terminar con el divorcio, tal vez debamos terminar con el matrimonio... así, al menos queda cero-cero el marcador. Lo cierto es que cada quien lo que le acomode, basado en principios, valores, ideas y expectativas. El matrimonio es complejo porque compleja es nuestra mente, nuestra forma de pensar. Lo que sigue es hacer lo que te acomode, a ti nada más.
“[Para evitar el divorcio] Uno debe mantenerse alejado de los "comportamientos conflictivos" más predictivos del divorcio: desprecio, crítica, obstrucción y defensa.”, finaliza Luscombe.
Creo que debes pensarlo, consultarlo con la almohada, con el padre de tu iglesia o el pastor de tu congregación o tu rabino de confianza o tu terapeuta, tu mecánico de cabecera. ¡O eso! ya viste que buenos salen los abogados para pintarte las cosas en blanco y negro... puede ser la opción... ¿no crees?
Esto fue Azul Chiclamino. Yo soy Rodrigo Llop. Sígueme en mis redes sociales. Rodrigo_llop en instagram y Twitter. Rodrigollopmx en Facebook. En Youtube encuentra contenido distinto a lo que acabas de escuchar. Dime que opinas, me gustaría saberlo.
Por cierto, te invito a que visites Cerebro de Silicio. Mi nuevo podcast de Negocios y Tecnología, bueno, de tecnología y negocios... pues eso. Y visita también Me lo contó la noche, historias obscuras para disfrutar de noche. ¿Dónde? Pues donde escuchas tus podcasts. Apple Podcast, iTunes, Spotify y todos esos.
Nunca subestimes la estupidez humana, ni tampoco la grandeza del absurdo.
En Nueva York un grado de enfermería, un grado médico, en derecho u otra profesión obtenido durante el matrimonio es considerado propiedad del matrimonio. El valor de ese grado académico, basado en el ptencial de ingresos, es considerado al momento de la división.
Una pareja que no puede ponerse de acuerdo en algo debe estar de acuerdo en que no está de acuerdo para divorciarse en Nueva York.
En Tennessee, si el cónyuge intenta matarte de manera maliciosa, puedes divorciarse. El estatuto cita el uso de veneno como una forma maliciosa de intentar matar a un cónyuge. Sin embargo, la legislatura no dice nada sobre si una persona tiene motivos para divorciarse si el cónyuge intenta matarla de una manera que no implique "malicia".
Y finalmente en Kentucky –el estado, no el pollo- es legal casarse con una persona, divorciarse de esa persona y casarse con esa persona otra vez. Pero es ilegal divorciarse de esa persona y casarse otra vez... pus ya estuvo bueno... no?