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EP#157: Tómalo con Filosofía

Pienso, luego existo, dijo Descartes. Y tú te preguntas ¿Y eso que? Pue existo y eso es lo que vale. La cosa va más allá de todo esto. Si estas mal, es porque no estás filosofando. Te lo digo yo. Ya no le damos importancia a la filosofía y, sin embargo, todo te lo deberías tomar con filosofía.  

 

Yo soy Rodrigo Llop y yo te cuento. 

Y si... esto es Azul Chiclamino, la realidad de lo absurdo.  

“¿Qué haces ahí, no más sentado... viendo a la pared blanca?”, le pregunté a un alumno de preparatoria.  

“Aquí no más... filosofando”, me contestó.  

Las cosas no cambian. Recuerdo yo haber “filosofado” durante mi adolescencia durante muchas muchas tardes. 

Filosofar no sirve de nada. Se considera un sinónimo de platicar, cotorrear, charlar, dialogar con una cerveza o un tequila, con un cigarro o un purito, en una terraza en una plaza sin en realidad “hacer” nada productivo. De perder el tiempo. ¡Cómo extraña uno esas tardes de filosofar! Y, sin embargo, tal vez no sea así.  

La filosofía, es realidad el amor a la sabiduría. Y aquí comenzamos a cruzar ese delgado velo que nos transporta a la realidad de lo absurdo. Es verdaderamente irónico que la filosofía sea una de las materias o intereses más relegados hoy en día... ¿No crees? Hemos perdido la esencia del amor a la sabiduría. Con tanta sabiduría por ahí regada en el mundo, con tanto amor que busca y nosotros con tanta falta que nos hace.   

Además de inútil, consideramos a la filosofía como difícil, complicada y pretenciosa. El filósofo está a otro nivel de conocimiento y de conversación. Pero no es así. La filosofía está en el ámbito más simple del conocimiento humano. A ciencia cierta, difícilmente requiere de conocimiento complicado. Está sostenida por el conocimiento interior.  Parte de ella, es tan simple como el uso de la lógica -que sí, ciertamente mucha gente carece de lógica... -así como el uso de la razón -dicho sea de paso, tampoco andamos muy bien de razón en estos días. Pero, en fin. Así, analizamos la forma en la que los seres humanos experimentamos el mundo, explica el departamento de filosofía de la Universidad de Washington. Nos permite tener un pensamiento crítico y un análisis lógico, pero, sobre todo, ayuda a hacernos preguntas importantes sobre la realidad en la que vivimos y así entender nuestro siempre cambiante entorno.  

https://phil.washington.edu/why-study-philosophy 

 

Así es que, en un mundo moderno y muy distinto al de los antiguos griegos, ¿hace sentido seguir enseñando filosofía? ¿Sirve de algo hoy en día la filosofía, en un mundo dominado por la ciencia? ¿Hace sentido seguir haciéndonos preguntas filosóficas? ¿Por qué estudia la gente filosofía? ¿Porque el lobo feroz sopla y sopla en la casita de paja, si la pudo haber derribado de un empujón y haberse comido al cerdito por sorpresa? Perdón... esto es para otro episodio. ¿No sería mejor cerrar la facultad de filosofía de las universidades y mandar a los muchachos a estudiar medicina, ingeniería o negocios? Digo... algo que verdaderamente traiga beneficios a la sociedad. Aristóteles lo llamaba el Saber Práctico. Es el saber que pretende obrar y hacer. Ese es el que, según nuestra modernidad, trae el progreso. El saber práctico nos puso enfrente a las locomotoras de vapor, a los autos de combustión interna, las computadoras, el ciberespacio y por supuesto, la sopa Maruchan, la ramen instantánea. Eso es lo que cambió la vida y trajo progreso. Sin embargo, hoy le damos poca importancia al saber teórico.  Ese que nos permite saber por saber. Entender la inteligencia y la razón. Y ahí está la filosofía. Aristóteles identifica como la filosofía, el saber más perfecto.  

La cosa es que un científico nos puede contestar “¿Por qué caen las cosas al suelo?” 

Un médico nos puede contestar “¿Porque me enfermo al beber agua de un estanque?” 

Un economista puede contestar “¿Porque los precios bajan si la producción se incrementa?”, aunque a veces los economistas dan excusas en vez de respuestas.  

Un comediante nos puede contestar “¿Porque las manzanas verdes se ríen de la roja?”. Pues por inmaduras.  

Pero es probable que un día, como Ernst Bolch, filósofo alemán, entres al metro y sin ninguna razón aparente te preguntes “¿A dónde vamos?”.  

“Pantitlán... pero faltan varias estaciones”. Bueno, también hay que saber preguntar. Ya ni vale la pena preguntar “de dónde venimos” ... Pos cada quien de un sitio distinto. 

Un filósofo trata de contestar preguntas como: ¿En realidad actuamos libremente? ¿De dónde vienen las obligaciones morales? ¿Cómo construimos estados políticamente justos? ¿Cuál es el límite de nuestro conocimiento? ¡AH! Esto empieza a hacer más sentido. 

Es la diferencia entre saber las cosas o preguntárselas, cuestionárselas, razonarlas y contestárnoslas. No aceptar una respuesta porque sí. ¿Por qué solo hay un Dios? Pues porque sí.  

Hay quien se pregunta las cosas, hay quien no y simplemente sigue adelante. ¿Cuál es el propósito de la vida? Un soldado no se lo pregunta porque tiene un marco mental del cual no puede salirse. Una estructura mental muy estrecha en donde esa pregunta, no cabe. Pero para ti, ¿Cuál es el sentido de la vida? ¡AH! La cosa cambia.  

Los filósofos estiran y estiran las preguntas hasta incorpóralas en marcos sumamente precisos generando paradojas. Las paradojas nos permiten evaluar situaciones nuevas, distintas, inverosímiles o circulares llevándonos a pensar de una forma nueva o distinta. Esto nos lleva a un mayor conocimiento de nosotros mismos, a un mayor saber teórico, indica la universidad de Oxford 

https://blog.oup.com/2014/09/why-study-paradoxes/ 

 

Un día compras un boleto de lotería, pero empiezas pensar. Uno en diez mil o en cien mil o en un millón... Vaya, es muy difícil que ganes la lotería, por lo cual es muy probable que tengas en tus manos un boleto perdedor. Pero si el tuyo es probable que se aun boleto perdedor, también lo es el de tu amigo. Al final, ¡tienen la misma probabilidad! Y el de tu padre y el de tu madre. El del tipo que estaba formado delante de ti. Todos tienen las mismas características. Todos tenemos un boleto perdedor. Pero debe haber un ganador. ¿Cómo es posible que al mismo tiempo creas que vas a perder y haya una posibilidad de ganar? Esa es la paradoja del boleto de lotería. Y tiene mucho, muchísimo para discutir, platicar, pensar. Somos muchos en el planeta y hay muy pocos millonarios. Es muy difícil ser un ganador en la vida, pero sí que los hay. Sabiendo que es muy difícil, ¿debes competir en la vida para ser un ganador en lo que haces o no? ¿Dejas las cosas como están o continuas tu camino buscando tu sueño? ¿Te preparas para tener más probabilidades de ser un ganador? Sería en realidad más productivo seguir andando que detenerte a prepararte, ¿no?.  Mejor no te prepares y sigue, tendrás más probabilidades de ganar. ¿El mejor perdedor es un ganador por ser el primero en el último lugar? 

La filosofía te ayuda con cuestiones más importantes: ¿Qué es ser un ganador? ¿Un millonario? Entonces debes trabajar 7x24. ¿Ser un ganador es tener una familia y una vida emocionante, divertida, de viajes y de ver atardeceres y amaneceres? Entonces trabaja menos. ¿Cuál es la razón de nuestro existir? Quien no se lo pregunta, quién no se lo cuestiona, quien no lo reflexiona puede estar andando un camino sin sentido, sin dirección, sin rumbo. Y en algún momento la vida te pasará factura. Filosofar es importante para saber a dónde vas... como cuando ibas en el metro. -Sólo que no preguntes, pregúntatelo.  

La mayor parte de nuestro conocimiento lo tomamos por sentado. Es lo que se le denomina “sentido común”. Lo aprendes en la escuela o en la casa, lo dicen los amigos y los vecinos. “esto es bueno y esto es malo”, “el mundo es así y no asao”. Difícilmente, nos sentamos a mirar a la pared a filosofar y cuestionarnos porqué son así las cosas dadas por sentadas, porque son así las reglas del mundo, y, sobre todo, si esas cosas, entran en tu marco mental o lo desbordan, lo rompen o simplemente no caben. Ahí la importancia de mirar la pared.  

Una de las preguntas que pretende resolver la filosofía, por ejemplo, es: ¿Qué es la felicidad? Y si, depende de cada quien por supuesto. Por eso es importante hacerse le pregunta y no conseguir la respuesta por ahí. Los estoicos, dicen que uno es completamente responsable de lo que hace y dice, y que uno decide y controla su propia destrucción y su propia liberación. Tu eres el que decide todo en tu vida, en pocas palabras. Los estoicos, indica la BBC, nos preparan para hacer frente a las necesidades de la vida, pero también para lo peor.  

¿Alguna vez te has visto en la necesidad de decir “Que es lo peor que puede pasar”? Bien, me pasa seguido. Sobre todo, cuando no estoy preparado para las cosas. Pensar en lo peor, te prepara para un futuro que muy probablemente no será tan malo. Es más. ¿Qué pasaría si perdieras tus bienes materiales? Tienes a tu familia ¿y si la perdieras? Tienes a tus amigos ¿Y si los perdieras? Tienes salud ¿y si la perdieras? Bueno, pues ahí si ya se complica el asunto. Al menos tienes la posibilidad de prepararte para la muerte. ¿Ves? Tu felicidad no puede depender o provenir o estar sostenida en otra cosa que no seas tu. La felicidad, no proviene del exterior, proviene de ti mismo...  

Y de repente ¡Buuuum! Tienes la fórmula para ser feliz. Nada ni nadie te va a dar la felicidad, solamente tú. Si no eres feliz contigo, tampoco lo serás con la salud, ni con amigos, ni con la familia, ni con todo el dinero del mundo –bueno, tal vez con eso sí. 

El estoicismo está presente en el cristianismo, en el budismo y en el pensamiento de varios filósofos modernos como Immanuel Kant, indica Time Magazine. 

https://www.bbc.com/mundo/noticias-46587528 

https://time.com/27808/4-lifehacks-from-ancient-philosophers-that-will-make-you-happier/ 

Lou Marinoff, profesor de filosofía de The City College of New York en.… pues en Nueva York explica en su libro “Más Platón y menos Prozac”, la importancia de la filosofía en el día a día. Sostiene que la filosofía puede ayudar más que la psicología o que la psiquiatría -en algunos casos- al permitir conocerse más. Poner la filosofía al servicio de la felicidad, directamente. La salud mediante la reflexión y el control de las emociones. ¿Y en los negocios? Lo mismo. No es muy distinto lo que se enseña en los programas de negocios de las grandes universidades. ¿Cuál es la razón de ser de la organización? Es fácil perderse en esta pregunta ¿Cuál es la ética de la organización? ¿Sus valores? Yo mismo me he preguntado ¿Qué demonios hago aquí, en esta empresa? ¿Alguien sabe a dónde vamos? ¿De dónde venimos? ¿Por qué el café es tan malo? Los filósofos eran quienes estaban a cargo del conocimiento científico en la antigua Grecia y asesoraban por supuesto a los gobernantes y a los comerciantes.  ¿Por qué se han alejado tanto de las empresas? La Copenhaguen Business School tiene un programa de maestría en administración de negocios y filosofía que permite desarrollar habilidades al combinar economía de negocios y filosofía. El objetivo es identificar y resolver retos complejos en organizaciones mediante la reflexión filosófica y el análisis aplicado a los negocios. ¡Quiubole! La única filosofía que se usa en los negocios hoy en día es el “ser o no ser”, sobre todo en los recortes... cuando a mucha gente le toca el “no ser...” 

https://www.cbs.dk/en/study/graduate/msc-in-business-administration-and-philosophy 

La verdad es que, si no existiera la filosofía, la humanidad no hubiera avanzado. ¿Te das cuenta? Todo está en las preguntas, mientras más claras, mejor. Y mientras más ángulos mejor. Y mientras más reflexión, mejor. Mientras más tiempo estés viendo a la pared blanca, mejor. El problema de nuestros tiempos es que tenemos el conocimiento en nuestras manos, toda la colección de lo que la humanidad sabe está a un botón de distancia. A una “guguleada” o en Wikipedia, pues. No hay razón de porque cuestionarlo. Yo lo hice, busqué “felicidad” y lo primero que me aparece en Google es un Emoji sonriendo. Vaya, si tan simple fuera. No sé. Al parecer la filosofía es más importante de lo que uno piensa, ¿no crees?. Es un trabajo que se relega a las universidades y a la docencia. Es una materia que se imparte mal y que no se le da el suficiente foco. Pero es la materia más importante, probablemente, de todas las que existen, porque es la que nos enseña a pensar, a reflexionar, a comunicar ideas, a discutirlas o debatirlas. Es la que nos enseña quienes somos y si no somos, pues entonces que hacemos estudiando, haciendo, viviendo o incluso, pues escuchando este podcast. La filosofía es el marco completo de lo que es la estructura social de la humanidad, si te pones a pensar. Y es lo que nos ha llevado aquí. Date el chance. La próxima vez que no sepas algo, pregúntate “Y tu... ¿Qué piensas?” 

 

 

En esta ocasión el final final es una tarea. Quiero que pienses y me digas a través de mis redes sociales, Que es ser libre. ¿Somos libres en realidad? ¿Hasta qué punto? La otra opción es que me escuches y no mires a la pared, no reflexiones, no pienses.  

Pero ¿Quieres tomar el reto más allá? Mandame un whatsapp -voz o texto- 52-55 56-11-72-14-39