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EP#164: Ética y Política: En esquinas separadas

Trato de colocar la ética al lado de la política y... no mas no puedo. Pareciera que fueran contrincantes más que aliados. ¿estás de acuerdo? Déjame ayudarte a entender porque se complica tanto la asignatura de ética para los políticos. Porque la ética y la política no se mezclan. Están en Esquinas separadas.   

La realidad es la verdad, lo efectivo y con valor práctico. En contraposición con lo fantástico e ilusorio; 

Lo absurdo es extravagante, irregular, irracional, disparatado, opuesto a la razón. chocante y contradictorio.  

Bienvenido a Azul Chiclamino. La realidad de lo Absurdo.  Yo soy Rodrigo Llop y yo te cuento.   

 

Un artículo de El País de 2016 muestra el ranking de las profesiones en las que más confía la gente en España. Como nuestro presidente, es viejo, pero hay que hacerle caso. Si hoy en día, 2020 años después seguimos hablando de Cristo y es igual de relevante, un artículo de 4 años de antigüedad puede ser relevante hoy. En fin, en el número uno, se encuentran los bomberos, seguido por las enfermeras, farmacéuticos, agricultores entre otros. A media tabla, empresarios, como dijo la India María, ni de aquí ni de allá, aunque ella lo dijo en otro contexto más migratorio. Pero la idea no es mostrar un cielo de arcoíris pintado por unicornios porque para eso están... pues... los programas de unicornios y cariñositos.  Vámonos a la parte interesante, picosa, divertida... Los últimos lugares. Las profesiones en las que MENOS confiamos son el clero, los alcaldes, los empleados de la banca y si... los políticos. Sólo el 6% de los encuestados, confía en los políticos. Más gente confía en el Cruz Azul que en los políticos. 

 

https://elpais.com/economia/2016/10/07/el_lazarillo_digital/1475845316_103127.html 

 

Todo este rollo pretende justificar lo que yo pienso de la política a través de las conclusiones de alguien más. Básicamente, “no lo digo yo, lo dice El País” -aunque si lo diga yo. Sin embargo, no es difícil entender que éste no es sólo el sentir de España, si no de México también, el de Latinoamérica e incluso de Estados Unidos. Forbes hace una lista muy similar de las profesiones más y menos confiables de los Estados Unidos, y los resultados son calca. -El papel calca era una hoja de carbón que se ponía entre dos páginas blancas y al escribir, hacía una copia inmediata... era algo así como entre magia y brujería. En primer lugar –al igual que en México- Enfermeras y enfermeros, por aquello de la lucha de géneros. En los últimos lugares, vendedores de coches y muy muy al final miembros del congreso. Subrayo, no lo digo yo –aunque si lo digo yo-. Lo dice Forbes y esto es lo que tu piensas, nosotros pensamos y vosotros pensáis.  

https://www.forbes.com/sites/niallmccarthy/2019/01/11/americas-most-least-trusted-professions-infographic/#2b61d4127e94 

La confianza y desconfianza recaen en la ética, y me voy a en enfocar en los últimos lugares de ambas listas. ¿Por qué la política? En un inicio pretendía hablar de la ética en general, también en los negocios –porque también ahí hay mucho de qué hablar Enron, Worldcom, Global Crossing y otras, - pero eso merece un episodio en particular. 

Déjame leerte un pasaje: “Nadie es justo por su voluntad, si no por fuerza, de modo que no constituye un bien personal, ya que, si uno piensa que está a su alcance cometer injusticias, realmente las comete”. Es un extracto de “La República de Platón”, un diálogo entre Sócrates y Glaucón.  

Si pudiéramos, todos cometeríamos injusticias, dice el texto. ¡WOW! Como extraído del diario personal de Darth Vader... “Querido Diario, hoy quiero compartirte que me he dado cuenta que soy como todos... todos cometerían barbaridades si tan solo pudieran y fueran libres como el viento, independientes y autónomos -claro, aunque dictatoriales –como mi gobierno. Porque soy franco y emancipado, fiel a mi mismo, puedo hacer cuanta injusticia desee. Porque soy asi... soy Vader...” suave como gaviota pero felina como una leona tranquila y pacificadora pero al mismo tiempo irreverente y revolucionaria feliz e infeliz idealista y soñadora sumisa por condición más independiente por opinión porque soy mujer con todas las incoherencias que nacen de mi … Fuerte sexo débil 

Porque soy así... soy Vader...”  

“Prueba de ello”, continúa el texto real, “que cuando alguno de estos hombres llega a alcanzar cierto poder, se hacen injustos y obra mal a medida de sus propias posibilidades.”  

https://www.milenio.com/opinion/ricardo-segura-montana/el-mismo-de-la-otra-vez/socrates-y-glaucon 

 

La ética política. Es una materia o asignatura que lleva pendiente desde hace mucho... desde el año 400 antes de Cristo, como vimos, la estamos cuestionando... filosofando. Pareciera que la ética es algo que no más no se nos da.   

Desmenucemos el asunto. Los funcionarios actúan para nosotros, pero junto con otros, indica Dennis Thompson, politólogo de la Universidad de Harvard. Los funcionarios asumen derechos y obligaciones que los ciudadanos les conceden. Pero por el bien de los gobernados, los funcionarios deben tomarse digamos... pus porque así les corresponde y también porque pues así les permitimos y porque pues así ha sido y pues está ahí, disponible, un uso de fuerza, mentiras y secretos. Asumen la capacidad de quebrantar promesas. No es así como que prometieron ser puros y blancos o que lo hayan prometido por el Osito Bimbo, por Chivigón o por Hello Kitty. Faltar a la palabra o incluso doblegar algunas leyes estaría mal en el mundo que no confiere a la política. Pero en el mundo de la política, se crean ciertas reglas implícitas, las denominadas “manos sucias”. En tiempos de reyes y princesas, aquel que por alguna razón viola la moral, se ensuciaba las manos. 

Michael Walzer de la Universidad de Princeton, uno de los expertos en filosofía política más importante de Estados Unidos, habla sobre una paradoja: “Un político debe hacer mal para hacer bien”. 

En todos los gobiernos del mundo, se escucha la voz del Presidente o Primer Ministro decir: “Tantas cosas buenas podría hacer este gobierno pero es de que no me dejan hacer nada, el congreso me tiene atadas las manos”. ¿Te parece familiar? Hacer las cosas, sí; hacer las cosas brincándose las leyes, no... Ensuciarse las manos, es decir, abandonar, aunque se por unos segundos, el sendero de la moral.  

 Para conseguir hacer las cosas, debo hacer unas llamadas por aquí, eliminar algunos “riesgos” inherentes por allá, brincar algunas leyes que no son más que normas, mover algunos hilos por acullá y voilá. La justificación, en el mejor de los casos es hacer el bien sin importar el proceso. Las “manos sucias” en nombre del ciudadano, con su aprobación implícita. Esa aprobación que firmó el día de la elección, ese cheque en blanco recibe el funcionario. La bandera de “el pueblo me eligió” se ondea justificando decisiones imperativas, impuestas y sin miramientos. La ética, queda a un lado, para otro día. 

https://scholar.harvard.edu/files/dft/files/political_ethics-revised_10-11.pdf 

 

Así es que le damos a los políticos una tarea: proveernos de servicios de salud, de seguridad, educación, trabajo y crecimiento económico entre otros.  

“A fin de cuentas no fundamos nuestra ciudad con vistas a la felicidad de una sola clase, sino para que lo sean todos los ciudadanos sin distinción alguna. Consideramos que en una ciudad así formada se encontrará la justicia”, termina los diálogos de Platón.  

Déjame plantear entonces la paradoja de Michael Sandel de la Universidad de Harvard. ¿Es justificable torturar a un terrorista para saber dónde ha plantado bombas en una ciudad? Cerca del 50% de la población estadounidense aprueba la tortura –bajo algunas circunstancias-, pero la aprueba, indica Pew Research. ¿Cambiaría las cosas, continua Sandel, torturar a la hija del terrorista, quien es ajena a todo conflicto con su padre? ¿Qué otra cosa sería capaz de hacer para lograr lo que quieren lograr? No sé si te lo imagines, pero estaría muy cercano a una película de Scorsese. Es fácil, como presidente, dar la orden de torturar porque mi electorado me eligió para proveerles de seguridad, sin importar los medios, el trabajo es proveer un país seguro.  

https://www.pewresearch.org/fact-tank/2017/01/26/americans-divided-in-views-of-use-of-torture-in-u-s-anti-terror-efforts/ 

Imaginemos un estado que, con el interés de reducir la violencia, negocia con los grupos violentos. Los ciudadanos eligen a un gobernante para terminar con la violencia y el gobierno negocia con el grupo armado para contener sus actividades ilícitas  en una zona, en un perímetro, en una ruta, horario y ejercicios específicos o mercado. La violencia disminuye, pero a cambio de un mercado ilícito entregado. “Manos sucias”. 

https://www.iapss.org/2014/01/28/got-ethics-the-role-of-ethics-in-politics/ 

 

Usando ese tipo de “permisos” se hacen comunes, las manos sucias. Terminan normalizándose, los actos deshonestos en el gobierno se hacen comunes, dejando la ética en una mínima expresión. Frases como “así funciona el estado”, “Todos lo hacen”, “nada que alguien mas no lo haya hecho antes”, “solo así salen las cosas”, “es normal”, “es el costo de la política” se hacen parte del lenguaje cotidiano y se mezclan en la cultura. La ciudadanía la acepta y se aprovecha inclusive de ella. Al final, hay más manos limpias en un taller mecánico que en la política.  

El funcionario toma un superpoder parecido al del zorro: astuto, sagaz, mañoso, hábil y ese es su capital. Mientras más habilidoso sea para rodear los tapones o stoppers más capital político tiene. Ese acervo se pone al servicio del ciudadano en forma de paradoja: Para cambiar la deshonestidad en el poder, es necesario estar en el poder y para acceder a él, a veces hay que ser deshonesto... digamos... doblar un poco las reglas, normas, leyes y uno que otro artículo constitucional... ¡Nada de cuidado! Tal vez una mentirijilla por aquí, una difamación por allá...  

La deshonestidad en el gobierno pareciera sorprender, pero nunca es sorpresa. 

Jean Paul Sartre decía: 

¡Cómo te aferras a la pureza, muchacho! Qué miedo tienes de ensuciarte las manos. Bien, ¡sigue puro! ¿De qué te servirá y por qué has venido con nosotros? La pureza es el ideal del faquir y del monje. Vosotros, los intelectuales, los anarquistas burgueses, utilizáis la pureza como pretexto para no hacer nada. No hacer nada, quedaros quietos, apretar los puños, llevar guantes. Yo tengo las manos sucias, hasta los codos. Las he hundido en la mierda y en la sangre. ¿Y qué? ¿Acaso crees que se puede gobernar limpiamente? 

Extraído de Letras libres.  

 

¿Vivimos hoy la peor crisis de ética? No... no lo creo... vivimos la misma desde siempre... No nos escandaliza la crisis moral. Lo que nos escandaliza es el presente. Incluso desde Sócrates, Platón , Maquiavelo y Sartre. Pero si crees que hay una crisis ética en la política hoy, tal vez sea porque no estás del lado que gobierna. 

 

Al final en la política, decía maquiavelo. El fin justifica los medios. Y esa es probablemente la frase más importante y más aceptada a lo largo de todo lo que tiene que ver con política hoy en día. 

Que las cosas se resuelvan, como sea que deban resolverse mientras yo, miro para otro lado y no me entero del camino tomado.  

Pero de Maquiavelo ya platicaremos posteriormente porque él, tiene muchas cosas reales y absurdas que contarnos.