EP#165: Maquiavelo
Recuerdo el obscurantista mundo del siglo XV. ¡AHHH! ¡Qué recuerdos! Si tan solo pudiera tener un álbum de fotos para recordar a toooodos los que contribuyeron en el plan para hacer de este un mundo más sombrío y lóbrego. El plan era bueno, pero... al final, todo se vino abajo. Pero fue en la vieja Italia de 1532, para ser más preciso. En el corazón de la Europa que aún se disputaban muchos. En aquel entonces era yo apenas, un chaval. Jugaba petanca con mi amigo Nicolás Maquiavelo y compartía con él, historias del obscurantismo político. Yo gran conocedor y él, un niño moderno, de mente abierta, con ganas de aprender y de escribir. “El fin justifica los medios”, le dije un día al hacer trampa en uno de los juegos. Él aprendió rápido. Le conté mil historias de lo que sucede en el mundo de la política y él lo documentó en un archivo interminable de buena voluntad llamado “El Príncipe”. Hoy, ese documento es referencia y materia obligada en todo senado, cámara alta y baja, parlamento y dictadura de cualquier tipo. Por supuesto, libro de cabecera de políticos de todos niveles, sobre todo, de presidentes, primeros ministros y dictadores. En una de sus disertaciones me dijo: “La política no tiene relación con la moral”, y le dije que así había sido hasta ese día, que así era hoy y que así sería por los siglos de los siglos. Mi joven discípulo se graduó cuma sum laude. Si tan solo, hubiera yo escrito mis ideas en vez de platicarlas con el Joven Maquiavelo, estaría YO en los libros de historia y no él. Claro, aquí, administrando la fauna de este circo y sus fenómenos no me la paso mal. Veo pasar el mundo caminar y de paso, le meto el pie a uno que otro. Jajaja.
EP#165: Maquiavelo
Lo he expresado una y otra vez en este mismo medio: “Antes no me gustaba la política porque no la entendía. Ahora no me gusta porque la entiendo”. Ya discutimos el porqué de la pobreza en el episodio 162 y también sobre la ética y la política en el 163. Ahí mismo, apareció una cifra brutalmente arrolladora: Solamente el 6% de un grupo de encuestados, confía en los políticos. (Estudios de Azul Chiclamino apuntan a que son probablemente sus mamás) Pensé enseguida en las enseñanzas del maestro Maquiavelo.
Dice la Real Academia de la lengua española:
maquiavélico, ca
1. adj. Perteneciente o relativo a Maquiavelo o al maquiavelismo.... aja... bla bla bla...
2. adj. Partidario del maquiavelismo, … aja, bla bla bla...
Aquí está...
3. adj. Astuto y engañoso
Fui directo a mi librero por mi copia de El Príncipe y... no lo encuentro. Es un libro que he leído al menos tres veces, pero no está. Es un libro que probablemente he regalado tres veces porque, pues porque no está. Así es que voy a la librería y lo compro por $50 pesos ($2.50 dólares). Si, ya sé. Está en PDF en internet y en audiolibro en Youtube, pero si no lo compras, no hay industria literaria, pienso yo. A demás de que hay que tener una copia El Príncipe en tu buró, así como El Diario de Ana Frank, La divina comedia, Breve historia del tiempo, El hombre en busca de sentido y Los lugares a los que irás de Dr. Seuss. En fin, lo leí nuevamente. Me sorprende que un libro de 1532 sea aún tan vigente. Hoy podemos revalidar lo que hace más de 500 años se escribió
Déjame ponerte algunos ejemplos.
Primero:
“La mejor fortaleza que un Príncipe puede poseer es el afecto de su gente”. El capital político más importante es la popularidad y con base a ellas, se toman actualmente muchas decisiones políticas. Antes el afecto era importante, hoy lo es también. Tras un cálculo preciso, es popular quien se come una barbacoa en la carretera con un vaso de jugo de piña miel. Es popular quien se permite juguetear con un cómico en un sketch. Es popular quien se muestra accesible al pueblo. El afecto de la gente es algo que hay que tener, para poder gastar en decisiones y tiempos impopulares sin importar si es bueno o malo para el pueblo, si conviene o no al desarrollo de “el reino”.
Segundo:
“Todo el mundo ve lo que aparenta ser, pocos experimentan lo que realmente eres”. Es curiosa la forma en la que los gobernantes aparentan ser lo que quieren ser pero no pueden dejar atrás su naturaleza. El juego del “presente”, lo que toca hacer hoy, la ola a la que corresponde montarse y surfear, la frase y la idea. El distractor que corresponde. La tía Maruca decía “¿Quieres saber cómo es Andrés? Vive con él un Mes” y era muy cierto. Hoy te digo. ¿Quieres saber cómo es Andrés? Checa sus tweets de hace tres o cuatro años. Y ojo, que el nombre es casualidad porque... pues... así es el dicho, no me vayas a echar la culpa de que yo hice la rima. Los mensajes históricos de sus redes sociales, mostraran la verdadera naturaleza y la goliatezca distancia entre lo que decía y lo que dice: Contradicciones, exigencias a anteriores gobiernos que resaltan lo que hoy no hacen en el actual, una vez que tienen el poder. Se vuelven enemigos de sí mismos, gracias a los registros de la pluma del creador.
Tercero:
“Un príncipe nunca carece de razones legítimas para romper sus promesas”. Hay dos maneras de combatir, decía Mac. Una con las leyes, otra con la fuerza. La primera distingue al hombre, la segunda a las bestias. El secreto, como conductor de microbús de cualquier gran metrópoli, es actuar como humano y como bestia. El Príncipe debe comportarse como león y como zorro, continua “MAC”. El león, no sabe protegerse de las trampas y el zorro, no sabe protegerse de los lobos. Hay pues, que ser zorro para protegerse de las trampas y león para espantar a los lobos. Hoy vemos fácilmente a ambas características en los gobernantes, siendo uno y otro... en un escenario y en otro... ante unas circunstancias y ante otras... ante un público y ante otro.
Cuarto:
“Hay tres modos de conservar un estado: destruirlo, radicarse en él y, por último, dejarlo regir por sus leyes”. ¿Por qué un gobernante debe cambiar de residencia? Pos porque si lo destruyes, pues que gobiernas después... y si lo dejas con sus leyes previas, pues no lo gobiernas. La solución es ir a ese estado a vivir en él. El primer cuadro de la ciudad, el Zócalo, es el sitio más representativo de la nueva conquista. Estar ahí, vivirlo es estar en el corazón mismo de la conquista. A demás de que pues estás más cerca de los tacos de canasta “Los especiales”. Más que simbolismo, es maquiavélico.
Quinto
“El primer método para estimar la inteligencia de un gobernador es mirar los hombres que tiene a su alrededor”. ¿Que demuestran los gobernantes? Ciertamente rodearse de gente como ellos.
El gabinete de Trump tiene 6 mujeres y un afroamericano. El gabinete de Obama tenía el doble de mujeres y ni se diga de Afroamericanos. El gabinete de Trudeau tiene el mismo número de hombres que de mujeres, enriqueciéndolo con diversidad étnica y de género. Pero a lo que se refiere Maquiavelo es quien aporte en vez de adular. Hoy vemos pocos concejales y muchos aduladores del “traje nuevo del emperador”
Sexto:
“Los hombres van de una ambición a otra: primero, buscan asegurarse contra el ataque y luego, atacan a otros.” ¿Cuántos gobernantes son recurrentes atacantes hoy en día? Lo hacen sobre todo en los sitios donde son fuertes, donde están asegurados y no donde podrían mostrar vulnerabilidad. Poner apodos es lo “in” en la actualidad, no nos hagamos. Lo que está de moda y lo que está bien visto -según ellos-. Pero, por otro lado, estamos buscando, irónicamente, eliminar el Bullying en las escuelas y apelar al respeto en género. Los ataques bellacos e indignos son los vacíos de argumentos, que apelan a la risa fácil y rápida, a la distracción en vez de la argumentación. Ni hablar. Trump, por ejemplo, suele ser más duro y crítico en los Rallys, a diferencia de entrevistas donde, más bien, se muestra torpe. Cuando son puestos contra la pared, cuando incluso en sus sitios seguros son acorralados, normalmente pierden los estribos resbalando y viéndose vulnerables.
Séptimo:
-Nunca intentes ganar por la fuerza lo que puede ser ganado por la mentira.” Sin más que decir, me quedo con un tache tipo Señorita cometa, en el cachete por parte del profesor con un pincel grande y negro a todos. Nadie se salva del engaño, la mentira y el embuste, muy contrario a su definición: Cortés y urbano. De la mentira, todos echan mano.
Me quedo pensando si en realidad es un manual del poder, igual que el Viagra es para el no poder. Si lees El Príncipe con otros ojos, es más bien un guion sarcástico del gobierno en turno o una serie de observaciones y críticas del teatro gubernamental que hoy vivimos. Algo similar a una reseña de Yelp! en la actualidad sobre un restaurante o una reseña sobre una película o sobre una serie. Es una rutina de Stand up muy actual que retrata y critica la realidad del mundo en el que vivimos y todos, tanto gobernantes como gobernados, aplaudimos desde las butacas, nos carcajeamos porque como dice la frase “its funny because It’s real”, es gracioso porque es real. Lo cual me lleva a otro tema... la naturaleza de la risa. Próximamente en Azul Chiclamino.
Esto fue Azul Chiclamino, la realidad de lo absurdo. Yo soy Rodrigo Llop. ¿Te quedaste con duda de las referencias? Visita www.azulchiclamino.com y encuéntralas en la sección Blog junto con el transcript de los episodios. Sígueme en Twitter, Instagram, Facebook y ahora, nuevo y distinto contenido en Youtube. Recomienda Azul Chiclamino a tus conocidos, recuerda que estamos en iTunes, Apple Podcast, Spotify y Soundcloud, y califícame. Pero sobre todo, comunícate conmigo. Quiero saber qué opinas y de que quieres que hablemos. Este es el medio perfecto para expresarte.
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