El miedo es lo más natural en el ser humano. Lo complicado es controlarlo. Respira... uno, dos, tres, exhala... Bueno, sigue así porque de nada sirve si no entiendes en realidad, cual es la razón del miedo.
Yo soy Rodrigo Llop y yo te cuento.
Y si... esto es Azul Chiclamino, la realidad de lo absurdo.
¿Por qué seguimos aquí? Por el miedo. Más que por el amor. ¿Capté tu atención? Bien. El miedo es el sentimiento más primitivo. Es una reacción para continuar viviendo, básicamente. Para eso sirve el miedo. Ante cualquier amenaza a la integridad o la existencia, ante el peligro, ante una crisis económica o política porque … pues porque pueda coartar nuestra existencia y más en los tiempos en los que vivimos –por eso las redes sociales están llenas de mensajes de alerta extrema hoy en día... por el miedo a dejar de existir. El miedo es el aviso, indica Smithsonian. El miedo es lo que nos hace avanzar, el que nos hace quitarnos del camino, el que nos hace a brincar o escapar, el miedo es el que nos hace pelear o gritar, pelar los dientes. El miedo es el que nos hace seguir vivos. Claro, eso y respirar y un poco de comer y un poco de beber... pero quitando eso, el miedo es el motor de la vida.
Es tan importante que decidimos, en esta época venerarlo. Rendirle honor a un sentimiento que típicamente mal-clasificamos como “negativo”, aunque por supuesto, de negativo no tiene nada. Pero déjame contarte algo: lo que define el miedo, es muy cercano a lo que define, irónicamente, la felicidad y la emoción.
Ante el miedo, generamos reacciones químicas para preparar al cuerpo y hacerle frente. Lo curioso de estos químicos es que son... digamos... como los instructivos de Ikea o de cualquier mueble para armar, bastante confusos. ¿Te gustan las montañas rusas y las películas de terror? ¿Sientes miedo cuando estás entrando en una relación amorosa cuando en realidad deberías estar sintiendo felicidad o emoción? Ah pos eso... las emociones se confunden por lo que genera tu cuerpo. Ahí te va, inducir el miedo en una casa embrujada en época de Halloween o escuchar historias de miedo como las de “Me lo contó la noche” o incluso ver películas de miedo hace que el cerebro perciba el susto, pero enseguida pueda etiquetar la experiencia como “no amenazante” al saber que en realidad no hay peligro, disfrutándola. El miedo, como el buen contador de tu empresa, clasifica lo bueno –ventas e ingresos- de lo malo que da miedo –deudas e impuestos... ¡HACIENDA! - ¡Eso sí que da miedo! El miedo-miedo... lo que se llama miedo... que te anden correteando por un callejón obscuro sin poder Re etiquetar la experiencia como falsa, hace que el miedo sea miedo miedo... concluye Smithsnoian. ¿me entiendes... No?
Y tú me preguntarás - “¿Oye Rodrigo, y como se genera el miedo entonces?” El miedo comienza en el cerebro –pero recordemos que, como mi tía Maruca, no es racional-racional- y se esparce a todo el cuerpo, haciendo ajustes para la mejor defensa o para el ataque. Es la amígdala, el área del cerebro que responde. Dispara la preparación del cuerpo, incluyendo hormonas del estrés y el sistema simpático nervioso –que, con el miedo, de simpático no tiene nada...
El cerebro se pone en super alerta, las pupilas se dilatan, los bronquios se dilatan y la respiración se acelera. El corazón y la presión arterial se elevan. Más flujo de sangre y un torrente de glucosa se dispara a los músculos. Los órganos no vitales para la supervivencia, como el gastro digestivo, disminuyen su actividad. Haz un recuento de estos síntomas... si... robos, asaltos, presentaciones de declaración a hacienda, examenes, tu boda... todos esos eventos, fueron miedo.
Pero lo más importante del miedo en esta época del año es capitalizarlo. Si lo tienes ¡Véndelo! ¿Podemos generar dinero con el miedo? ¡CLARO! Hay quien lo hace todos los días. Ganar dinero del miedo, como Guillermo del Toro, Stephen King, John Carpenter o cualquier noticiero. Así es que el secreto es saber qué es lo que da miedo, inducirlo en la gente y dispararlo. ¡Voila! La universidad de Chapman hizo un estudio en 2018. ¿A que le tienen miedo los estadounidenses?
Caminar solo en la noche, ser víctima de robo de identidad, seguridad en internet, ser víctima de una balacera masiva y si... lo pensaste. Hablar en público.
https://www.sciencedaily.com/releases/2014/10/141021125937.htm
Expansión nos muestra un lado más latino. Como el miedo a la inseguridad, a la muerte, a las alturas y a la obscuridad. A las enfermedades y a los temblores. Al desempleo, a la pobreza y a las arañas.
https://politica.expansion.mx/mexico/2018/10/31/mayores-temores-de-los-mexicanos
Ranker –fuente mencionada, meramente por entretenimiento- menciona los ojos. El contacto visual. Movimientos y ruidos repentinos, espacios pequeños, sangre entre otros. https://www.ranker.com/list/things-instinctively-scary-to-humans/cynthia-griffith
Esto hace mucho sentido. El terror en el cine, se basa en ellos y no cabe duda que el miedo es un gran negocio.
Psicology Today, menciona los cinco miedos que todos TODOS compartimos: la extinción, la mutilación, la perdida de autonomía, separación o abandono y la muerte del ego –el miedo a la pérdida de identidad, humillación, la perdida de uno mismo.
https://www.psychologytoday.com/intl/blog/brainsnacks/201203/the-only-5-fears-we-all-share
Así es que pongamos a trabajar a esos miedos. Cualquier película de terror se basa en ellos. Películas de arañas (IT) o serpientes (omitamos horrores que terminaron en comedias como Snakes on a Plane... ¡Por Dios!), películas de perderlo todo, de epidemias y de desastres naturales, siempre venden porque están cerca. No puedo dejar de pensar de la simple mirada de Jack Nicholson en el resplandor o de Naranja Mecánica o la de Catalina Creel, esa no más da medio miedo. ¿Recuerdas alguna película de una chica corriendo por el bosque obscuro? Como Halloween o... bueno... pues en realidad todas –hacerlo en ropa interior es para vender otra cosa... no vamos por ahí hoy. ¿Te has fijado? los miedos inconscientes que difícilmente podemos controlar. Si algo no te preocupa, no te asusta, no te hace brincar, no alborota tu amígdala, entonces el terror se convierte en una comedia.
El hipocampo y el córtex frontal son quienes le ayudan al cerebro a interpretar la amenaza que percibe. Hacen en realidad el procesamiento complejo del contexto ayudando a persona a entender si la amenaza es real o no. Por ejemplo, el identificar que un león puede ser peligroso si lo ves en la selva, pero tierno si lo ves en un zoológico. Es básicamente esa vocecilla que de repente te dice “¡m*er*a, ya nos cargó el payaso!”.
Así es que ¿todos sentimos miedo? Si, pero somos susceptibles a diferentes miedos. Daniel Treisman, profesor de Ciencias Políticas de UCLA, escribe un artículo titulado “La Geografía del Miedo” en donde clasifica geográficamente el miedo. Hay países a los que las epidemias y las guerras nucleares les tienen pavor, como Portugal. Este miedo es la mitad de susceptible en Los Países Bajos. Por otro lado, el 80% de los griegos reportan preocuparse por armas de destrucción masiva, a nuevos virus y a la comida genéticamente modificada. Y ¿Nosotros tenemos miedo a la comida genéticamente modificada? ¡Pues si esto es México! La altura, la polución, el agua, los tacos, el chile, somos completamente inmunes a la comida genéticamente modificada. Finlandia, por ejemplo, literalmente, le preocupa la mitad.
Depende de muchos factores a que le tenemos miedo. Los países que viven con más miedo, Italia, Grecia, Portugal y España, seguidos por los países ex comunistas. Los que viven con menos miedo, Austria y Finlandia. No se habla de una correlación, pero pareciera haberla.
Así es que vayamos al laboratorio a crear miedo. Ya tenemos un catálogo de miedos, necesitamos un sujeto. Malcom Turvey, director del programa de cine de la Universidad de Turfs en Massachusets explica que, si bien el cine de terror no ha tenido la mejor reputación, sí que es popular –si logra uno deshacerse de los extensos clichés-, podemos ver riqueza amplia en el género.
Primero, hay que crear un monstruo. En cualquier forma. Típicamente, desafía las leyes de la naturaleza, como Alien o Tiburón. Puede ser un personaje humano, pero en este caso, con super poderes como Halloween – capaz de desaparecer o sobrevivir al fuego- o el Silencio de los Inocentes – Con conocimiento total del pensamiento. Debe ser, como el tío Pelayo, repugnante.
Lo que sigue es la narrativa, el storytelling. Debemos conocer porque hace lo que hace, sus fortalezas y debilidades, continua Turvey. De igual forma, ligarlo con el mundo real. Hacer que toque este mundo para tocar el miedo real de las personas, sin abandonar el mundo fantástico. El secreto del miedo es estar con un pie en la realidad y otro en la fantasía. Es como la política. Por eso da miedo a veces...
Lo siguiente es un par de sobre saltos, ese clásico ¡BUUUUU! La imagen repentina, el sonido estridente, la máscara que aparece. Ese clásico BUUUU que hace que tus palomitas caigan al piso y después te resbales. (sonido de resbalón) “Si”, dice Turvey. “El sobresalto o el buuuu es un recurso legítimo. El problema es que el cine hoy, se fía demasiado de esa técnica.”
https://now.tufts.edu/articles/why-do-we-horror-movies
Pero ¿cuál es el “rey de los miedos”? Creo yo que la muerte. Creo que por eso muchas culturas la veneran, le rinden respeto, intentando hacer algo positivo de ella. Algo natural y normal. Así ha sido desde siempre. No hay cultura en la que la muerte no sea un evento importante, un fin y un comienzo.
“Los occidentales consideran la muerte como el opuesto a la vida, pero los orientales consideran el nacimiento como lo opuesto a la muerte”, indica (Agnó Dejardá) Arnaud Desjardins. Swami Prajnanpad explica que el nacimiento de un niño es la muerte de un bebe, el nacimiento de un adolescente es la muerte de un niño. “Atreverse a vivir significa atreverse a morir a cada instante. Pero también significa atreverse a nacer pasando por diferentes etapas en la vida para así dejar morir a la persona que eras.”
https://www.personaltransformation.com/arnaud_desjardins.html
Ese es el mayor miedo dejar morir a quien eras porque no sabes en quien te convertirás.
https://www.personaltransformation.com/arnaud_desjardins.html
El miedo y la muerte. Al final dos amigos que van de la mano acompañando al hombre.… ¿Es posible divorciar a esos amigos? Una investigación realizada en pacientes terminales de cáncer y ALS –Esclerosis Lateral Amiotrófica, analizó lo que escribieron en sus blogs antes de morir y lo compararon con personas sanas a quienes se les dijo que escribieran pensando que tendrían cáncer terminal. Los pacientes que verdaderamente sufrían de la enfermedad, se expresaban con palabras más positivas y su lenguaje positivo se incrementaba conforme se acercaban a la muerte. En efecto, las películas de este tipo son más reflexivas que de miedo. ¿no crees?
Kurt Gary, uno de los investigadores piensa que hay una especie de aceptación y foco en lo positivo porque saben que el tiempo se acaba. De igual forma se analizo las últimas palabras de los sentenciados a pena capital con los mismos resultados.
Ver cerca la muerte, indica Lisa Iverach de la Universidad de Sydney, implica tener tiempo para procesar la idea para aceptar lo inevitable. Tener la idea de la forma en la que sucederá, agrega sentido y paz... aceptación, indica The Guardian.
Lo irónico es que perder el miedo, es acercarse a él... perder el miedo a la muerte, es estar al borde, en la orilla, en el filo, platicando con ella. ¿Debemos trabajar la muerte? ¿debemos acercarnos a ella? ¿Debemos reconciliarnos con ella? ¿debemos estar preparados para su inminente visita? Probablemente sí. Por eso en estas fechas, más que en cualquier otra, aprovecha el tiempo. Haz tu altar de muertos, coloca las fotos de tus seres queridos, invitarles un Mezcal y un cigarro. Porque si seguimos aquí, porque si seguimos aquí, es por la muerte. Adorna tu casa y ábreles la puerta. Que sea familiar el sentimiento a la muerte y no sea miedo... Sencillo ¿No?