Disclaimer
Este episodio es muy particular. Toca hablar sobre los peligros y retos de los niños y adolescentes en el mundo digital, en internet, en redes sociales y comunicación con videojuegos. Este episodio es una recopilación de información de diversas fuentes confiables. Tiene la intención de dar consejos al tiempo que entretiene. Acércate a un terapeuta certificado en caso de que detectes un problema profundo o grave. Gracias.
El ciberespacio, el mundo digital, el mundo de Internet y las redes sociales tienen otras reglas, otros modos de operar, otras virtudes a las del mundo real, pero también tienen otros peligros. ¿Sabes? Nuestros Niños están Enredados en los peligros en la red.
Yo soy Rodrigo Llop y yo te cuento.
Y si... esto es Azul Chiclamino, la realidad de lo absurdo.
Como muchas veces he empezado ya este podcast digo y suscribo. “La vida era distinta antes... cuando yo era niño”. Cierto, y no era más fácil ni mejor. Simplemente era distintamente complicada. Me acuerdo que nos llevaban al parque a jugar en el arenero y en los columpios. Había una resbaladilla muy alta que me daba miedo. Pero no miedo de resbalar o caerme, miedo porque estaba oxidada y se movía como si quisiera derrumbarse, por eso, mi favorita era una verde de caracol. Era un dragón, por supuesto, en mi cabeza. Bici, patines, patineta. Dependiendo del año, la moda y las películas en el cine, era lo que hacíamos. Las ruedas eran el momentos de libertad, para alejarse, para explorar, pero no muy lejos.
¿Tenía peligros ese mundo en el que vivíamos? Si, por supuesto.
Los columpios y las resbaladillas estaban oxidados, existía el peligro del tétanos.
Existía el peligro de la incomunicación. Había que llevar siempre una moneda –un veinte- o una tarjeta Ladatel, años después para hablar a casa si había una emergencia.
Las recomendaciones eran:
No hables con extraños, la fábula era el robachicos.
Vete directo a casa. El efecto “Caperucita Roja”, le llamaban.
No comas dulces de extraños. Que un adulto revise los dulces de tu Halloween.
No camines solo.
Por supuesto, siempre lleva un suéter. Era como si el Frio de verdad fuera una amenaza de muerte. Como en la Antártida.
Y finalmente, no comas fuera de casa. El peligro está EN CASA... cuando regreses a ella porque seguramente la chancla voladora te alcanzará por no tener hambre y no comer lo que se cocinó en casa.
Pero ese mundo dejó de existir. El mundo cambió. Dejémoslo simple, en tres factores: Cambiaron las familias, cambió la tecnología, cambió la economía.
Déjame explicarte. Ya comentamos que se han incrementado los divorcios en el mundo. Nada más en México, crecieron 135% en los últimos 15 años, indica El Economista. Esto implica, que la estructura de la familia cambió y con ella las costumbres, la educación, la autoridad y las reglas en las casas cambiaron. En muchas casas, se multiplicó l autoridad, en otras, se diluyó o desapareció. Los niños tienen a 4 personas para hacerles caso o tal vez, a ninguna...
La tecnología también cambió el mundo. Mas tecnología, más barata, más poderosa, más universal... en todos lados hay acceso a Internet y de la mejor calidad. Audio, video, contenido de todo tipo. La tecnología es tan rápida que habemos adultos que ya no le entendemos. Según RTVE, en España, a partir de los 14 años, nueve de cada 10 niños tienen un teléfono móvil.
Según datos de la encuesta nacional sobre disponibilidad y uso de tecnologías de información en los hogares (ENDUTIH) 2017, hay 14.3 millones de niñas, niños y adolescentes de 12 a 17 años. De esta población el 72.9% cuenta con un celular inteligente para acceder Internet y 41.5% se conecta por medio de una computadora de escritorio. ¿¡Computadora de escri-QUE!? Preguntan hoy en día los niños... ¿Qué es eso?
Por supuesto, dependiendo de donde me escuches y el nivel socio económico, la cifra sube brutalmente, difícilmente baja.
https://www.eluniversal.com.mx/nacion/hay-383-millones-de-ninos-ninas-y-adolescentes-en-mexico
Finalmente, la economía. El trabajo era más estable. Las personas trabajaban 20, 30 40 años en la misma empresa, se jubilaban ahí mismo, donde todo había comenzado. La competencia era más lenta. La tecnología cambiaba poco las cosas. Los mercados eran cerrados. En tiempos de restricciones económicas como los que vivimos, todos en casa deben salir a trabajar. Todo se aceleró, es como ver una película en Fast Fowrard. Rápida y no te enteras de nada.
Si, el mundo cambió, debemos aceptarlo. Los niños son educados de forma distinta. Pero el mundo cambió en realidad para nosotros. Los niños se subieron a este mundo cuando giraba ya más rápido, para ellos esta es la velocidad normal. El tiovivo que nos marea, a ellos les da risa. Los adultos seguimos viviendo bajo una programación cerebral de los 60s-70s-80s pero lo alimentamos con información de los 2010-2020. Pues la máquina cascabelea, la cita se patina, el motor se calienta y echa humo. Hay un desconecte entre las generaciones. Con una mente arcaica del pasado, debemos enseñarles a nuestros hijos un presente que difícilmente entendemos. ¿Qué puede salir mal?
Bien, pues aquí algunas recomendaciones que pueden ayudarte a disminuir los risgos de los niños y adolescentes en el mundo real. No quiero asustarte pero si alertarte. Ponerte en expectativa de como tomar mejores decisiones, junto con tus hijos para que ellos aborden el mundo de internet, redes sociales, videojuegos, de una forma más sana y segura.
La edad: Internet no es para todos. Tampoco las redes sociales. La mayoría de las redes sociales no permiten abrir cuentas a niños menores de 13 años. ¿Por qué? Muchos son demasiado inmaduros para tomar decisiones que corresponden a un mundo diseñado para adultos, a decidir sobre lo que sucede en el mundo virtual. A esa edad, el cerebro se encuentra todavía en proceso de desarrollo. No es lo suficientemente maduro para para tomar decisiones maduras, indica el Wall Street Journal. Esto, lo deben entender ellos y lo deben entender los padres. sobre todo, que, aunque alguien ya tenga cuenta, no todos deben tenerla.
https://www.wsj.com/articles/how-13-became-the-internets-age-of-adulthood-11560850201
Configuración: Es importante considerar que todas las llaves de las computadoras, de la tecnología, de Internet deben estar en un inicio cerradas. Todos los accesos, todas las restricciones y todas las consideraciones para el uso de herramientas estén cerradas para cualquier niño en internet. Después, ir relajando esas restricciones conforme vayan creciendo y vayan aprendiendo como usarlas. Cierra el acceso a sitios a donde no deban entrar, pero sobre todo evita que alguien no pueda “salir” de esos sitios para meterse en la computadora o teléfonos de tus hijos. Es una puerta de ida y vuelta. .
Monitorear, vigilar y supervisar. Nunca espiar: La privacidad es importante y como todo, debe ganarse. En el mundo real, las puertas se dejan abiertas o cerradas dependiendo del sitio y el momento. Igual que las cortinas, igual que en los dispositivos electrónicos. Los padres deben aprender a acercarse y a alejarse, indica la revista Time. Es saber estar, pero también saber no estar. Es saber que hacen, con intención de supervisar, evitando espiar. ¿Cuál es la diferencia? Lo sabes bien. La intención, la frecuencia, la forma de reaccionar con el niño o la niña cuando hay que dar una corrección. Es hacerlo a escondidas. ¿Cómo? Con Parental Control, monitoreando sus visitas. Y, sobre todo, comunicándose con ellos. Está bien estar ahí, pero igual que no lo vigilas 7x24, lo importante es decirles que sí, que no, porque si y porque no.
https://time.com/3663811/7-ways-to-monitor-your-kids-phone-tablet-and-laptop/
Valores: Los niños deben aprender que en Internet y en redes sociales, las reglas de urbanidad aplican igual o incluso deben ser más estrictas.
Somos más valiosos que un like. No por un like se puede pasar por encima de los valores propios o la integridad de alguien más. Debemos enseñarles que un like, no vale nada en la vida real.
No eres más valioso por tener más followers. Ni debes actuar para conseguir más followers, ni debes admirar a alguien solo porque tiene muchos followers. Valen más 5 amigos en el recreo que un millón de followers en Internet. Eso lo deben entender.
Palabras que dañan: Recuerda que el Bullying es un tema moral, pero también legal. Es un delito, indica Milenio. Primero, no está bien, segundo está muy mal. No importa si es a través de tus cuentas o perfiles o a través de cuentas anónimas. Es un delito y puede llevar a consecuencias graves: para ellos y para los otros, tanto psicológicas como físicas, indica StopBullying
Psicológicas: Puede crear depresión, ansiedad, baja estima, comportamiento autodestructivo, alcoholismo, drogadicción, agresividad y actividades delictivas, y por supuesto, suicidio.
Físicas: Desorden del sueño, taquicardia, mareos, mojar la cama, dolores crónicos, incremento en el cortisol (hormona del estrés), impacto en el sistema inmunológico, afectaciones en la función cerebral entre otros.
Por cierto, tanto adultos como niños deben saber que el anonimato difícilmente existe en Internet. En materia de tecnología, es fácil investigar a profundidad quien, que y donde.
https://www.stopbullying.gov/research-resources/consequences-of-bullying/index.html
Para siempre: Piensa dos veces antes de postear cualquier cosa...luego, piénsalo otras dos. Lo que sucede en la red, en Internet, en las redes sociales, en los videojuegos o en cualquier lugar donde hagas un login –un acceso-, se queda guardado... grabado para siempre. El gran oro negro de la era digital es la información y las empresas, instituciones gubernamentales e instituciones educativas graban y guardan todo cuanto haces. Todo click queda grabado. Al igual que todo registro por migración, por ejemplo, queda grabado en pasaporte, foto, huella, todo acceso a cualquier sitio es rastreable. Todo acceso incluso a una puerta, queda grabado. Los sitios públicos se monitorean con cámaras, por nuestra seguridad. Todo es información y es valioso. Cualquier comentario positivo, pero sobre todo negativo, quedará guardado por siempre. Toda foto que subas a redes sociales, estará disponible para toda la humanidad por siempre, aunque creas que sea privada (hijos, amigos, padres, abuelos, jefes, empleadores, universidades donde se busque estudiar, amigos y por supuesto enemigos). Recuerda que una foto inocente, sexy o que muestre piel de más, puede convertirse en pornografía inmediatamente, haya sido tu intención o no. Podrán cambiarse de edificio, de manzana, de barrio, de ciudad, de escuela. Toda información es pública. No hay nada privado.
Por cierto, las aplicaciones denominadas “efímeras”, no son tan efímeras. Aquellas que prometen borrar lo dicho o publicado en poco tiempo, lo hacen, pero siempre hay un rastro de lo sucedido.
Privacidad. Es buen momento para hablar de la privacidad. Me refiero a la privacidad del niño y de la familia. Es importante en dos sentidos
Primero, la privacidad geográfica. A nadie le gustan los cinturones de seguridad, hasta que en un accidente te salvan la vida”, indica Jonathan McKee en su libro “The teen’s guide to social media and Mobile Devices”. Igual que un cinturón de seguridad, hay que aprender a usar los controles de seguridad. El control de privacidad del teléfono y de cada una de las apps deben activarse.
Dónde están los niños (Información geográfica) -claro, más que tú.
No publicar manualmente localización. El mejor ejemplo es publicar un vaso de Starbucks con la localización del local. Fácil para un depredador.
Solamente amigos. Las redes sociales no deben ser completamente públicas.
Por supuesto dar acceso a los padres.
No hacer checkin en redes sociales. Eso muestra donde estamos y nos hace vulnerables.
Buscar un mentor: Es importante enseñarle a los niños y adolescentes a acudir con alguien. Primero en casa, pero también tener alternativas. Maestros, familiares, y otros adultos, personal de la comunidad religiosa –si esos son los valores de la familia, autoridad etc. Mas vale señalar el camino para cuando requieran usarlo a que tengan que descubrirlo ellos mismos.
No hables con extraños. Es tan actual como lo fue hace 30 o 100 años. Los depredadores se encuentran en redes sociales y video juegos. Se disfrazan de niños de la misma edad y con el tiempo generan confianza. El siguiente paso es una cita en el mundo real. Imagina todo lo malo que puede suceder, piensa en todas esas cosas que lees y que piensas “no me va a pasar a mi” y añádelo a lo que ves en televisión y cine... ahora multiplícalo por mil. No vale la pena pasarles ese miedo a tus hijos. “Lo importante es armarlos con herramientas e información”, indica CNN. Háblales de las probabilidades de que alguien los aborde y que intente conocerlos en persona. Enséñales a tener la guardia en alto y a informar a los adultos de lo que sucede. Aprende tu enterarte con quien platican y chatean en línea.
Los depredadores se hacen pasar por jóvenes de entre 12 y 15 años, aproximadamente y buscan fotografías. Al rechazarlas, típicamente huyen –por desgracia, a buscar a alguien más. Piensa que el amiguito que conoció en linea y con el cual platica puede ser un hombre de cuarenta y tantos años que está en el sótano de una casa vieja en el peor barrio de tu ciudad.
https://edition.cnn.com/2017/08/03/health/online-predators-parents-partner/index.html
Por supuesto, vive más en el mundo real. Este consejo es para chicos y grandes. Vivimos más tiempo en el mundo digital. Estudios indican que un adulto promedio en Estados Unidos pasa entre 10 y 12 horas en promedio, en frente de una pantalla, ya sea televisión, teléfono o computadora.
https://www.emarketer.com/Article/US-Adults-Now-Spend-12-Hours-7-Minutes-Day-Consuming-Media/1015775
De igual forma, el National Survey of Children Health hizo un estudio con 40,000 niños de 2 a 17 años. Si bien los adultos hoy en día pasan más de 12 horas frente a una pantalla, los niños y jóvenes no se acercan a estas cifras. A penas un 20% de jóvenes entre los 14 y los 17 años tienen estos comportamientos. Pero es de decirse, que ellos siguen los ejemplos de los padres. Son el reflejo de nuestras actividades. Harán lo que tú haces ¿cuánto tiempo pasas tú en línea?
https://time.com/3663811/7-ways-to-monitor-your-kids-phone-tablet-and-laptop/
https://time.com/5437607/smartphones-teens-mental-health/
https://www.emarketer.com/Article/US-Adults-Now-Spend-12-Hours-7-Minutes-Day-Consuming-Media/1015775
Por supuesto, el consumo de información y el contacto con las pantallas está creciendo notablemente. Forbes menciona una correlación entre el uso de redes sociales y la salud mental. A mayor uso, menor salud mental.
Déjame preguntarte una cosa. ¿Cuántas veces has puesto algo que luego quieres borrar? ¿Cuántas veces escribiste algo y piensas que no debiste hacerlo? ¿Cuántas veces mandaste ese mail en el trabajo que no debiste haber mandado? ¿Cuántas veces has enviado el mensaje equivocado cuando estabas borracho? ¿o enojado? ¿o eufórico?
Cuantas carreras se han terminado por una foto o un comentario. Por un mensaje en Facebook o por un tweet. Cuantas personas lo han perdido todo por mandar la foto incorrecta al grupo incorrecto. Cuantos ridículos, cuantos momentos embarazosos, cuantas explicaciones te pudiste haber ahorrado por ese último whatsapp. Si para nosotros es complicado, imagínate para los niños que apenas entienden el mundo real. Lo complicado es enseñarles como funciona el mundo digital para que lo disfruten sin tener que prohibírselos. Tampoco les prohibirían ir al mundo real porque ahí también hay peligros... ¿no crees?