EP#156: Profundamente Unidos

No hay, en el mundo, criaturas más fantásticas. Y han estado aquí casi por siempre, inquilinos milenarios de la gran canica azul. Tenemos un vínculo increíble con ellas y, aun así, sabemos poco, muy poco. Lo que es cierto es que, con las Ballenas, estamos Profundamente Unidos.  

 

Yo soy Rodrigo Llop y yo te cuento. 

Y si... esto es Azul Chiclamino, la realidad de lo absurdo.  

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Herman Melville nació en Nueva York en 1819. Trabajó de joven en la marina mercante, y después en la marina de los Estados Unidos. Al final, trabajó en un barco ballenero en los mares del sur. Pero en realidad era escritor. Escribió Moby Dick en 1851 y no precisamente con tinta de calamar. Lo publicó en Londres en tres volúmenes titulados “La ballena”, sin embargo, como celular en concierto de millennials, la recepción fue bastante decepcionante, pero continuó escribiendo, historias cortas como Bartleby y algo de poesía. No pagarían sus cuentas. En 1865, regresó a ser inspector de aduanas, 20 años estuvo ahí. En 1920, indica History.com, fue redescubierto Moby Dick y se convirtió en un éxito así como una lectura obligada para secundaria en todos los Estados Unidos. Casi 20 años después de su muerte.  

https://www.history.com/this-day-in-history/moby-dick-published 

 

En realidad, Melville no conocía Nantucket, el sitio donde se desarrolla Moby Dick. No fue sino hasta después de la publicación de su libro, que Melville visitó la isla, indica Nantucket Historical Association. Fue entonces cuando conoció, cara a cara al Capitán George Pollard Jr, el capitán que sobrevivió a una de las pruebas más terribles del mar en la historia humana.  

https://nha.org/research/nantucket-history/history-topics/herman-melville-and-nantucket/ 

Melville había leído en una revista, la American Journalist and Adventurer, una historia llamada “Mocha Dick: Or the white whale of the Pacific”, escrito por Jeremiah N. Reynolds. Reynolds había escuchado la historia de un ballenero y una violenta ballena albina, indica History.com. 

“Este famoso monstruo, que había salido victorioso en cien peleas con sus perseguidores, era un viejo toro ballena, de tamaño y fuerza prodigiosos. Por el efecto de la edad, o más probablemente por un fenómeno de la naturaleza... había resultado una consecuencia singular: ¡Era blanco como la lana!”, detalló Reynolds 

https://www.history.com/news/was-there-a-real-moby-dick 

 

El capitán era George Pollard, el barco el Essex. Tenía apenas 29 años cuando el Essex se hundió. El Essex zarpó de Nantucket para un viaje de dos años y medio y tan solo dos días después, en una tormenta, perdió la vela principal, casi hundiéndose. Aun así, continuaron hasta sudamérica, pasando por las islas Charles en Las Galápagos. Transcurrido un año, de travesía Owen Chase, de 23 años, vio una ballena de 25 metros, tranquila en la distancia. Así como cuando Perseo se quitó sus largos rizos de la frente y divisó en la lejana estepa un caballo... Ahhhhhh... pos si ese es un caballo, pero los caballos no tienen alas... Pos ¿qué es entonces? La ballena comenzó a nadar hacia el barco y con gran velocidad y fuerza los envistió como el toro enamorado de la luna y ¡tómala!. La ballena pasó por debajo, los rodeó y después desapareció. El Essex comenzó a hacer agua. Nuevamente los envistió al doble de velocidad. La nave estaba comprometida.  El Capitán hizo cálculos. Las Islas Marquesas estaban cerca, pero la tripulación lo convenció de no dirigirse en los botes ahí porque se encontraba habitada por caníbales. Decidieron ir al Sur esperando cruzarse con otro barco ballenero, indica Smithsonian. 

https://www.smithsonianmag.com/history/the-true-life-horror-that-inspired-moby-dick-17576/ 

Para enero, la comida comenzaba a agotarse. Un hombre se levantó solicitó agua fresca y una servilleta. La locura por el sol, la deshidratación los estaba consumiendo y llevando a la muerte. Al día siguiente murió. Separaron algunas partes de su cuerpo, incluso cocinaron su corazón, de la forma más respetuosa posible, después otros órganos. Sobrevivir. La tripulación comenzó a morir y el destino de los cuerpos fue el mismo. Nadie hablaba. La “comida” se agotaba. El 6 de febrero, Charles Ramsdell, un adolescente, propuso echar a la suerte quien sería el siguiente en ser comido. Así se hizo. La suerte apuntó a Owen Coffin, primo del capitán. Echaron la suerte, nuevamente, para ver quién sería el verdugo. Ramsdell fue quien tuvo que disparar. El 18 de febrero, 89 días después, divisaron un barco inglés, el Indian y fueron rescatados. Cuando llegaron a Nantucket, fueron bienvenidos sin juicios. Las circunstancias fueron terribles de por sí. Exceptuando al Capitán. Él no fue tan fácilmente perdonado. Se había comido a su sobrino, un acto incluso llamado “incesto gastronómico”. 

Las ballenas siguen siendo cazadas hoy en día. Más de mil al año indica Whale and Dolphin Conservation. ¿Porqué? No es muy distinto a la razón por la cual Pollard lo hacía. Las cosas no han cambiado: Primero, el hombre sigue siendo tan cavernícola e incivilizado como lo era en 1800. Segundo, carne y partes del cuerpo. Tercero, su aceite, su grasa y el cartílago son usados por farmacéuticas y suplementos de salud. La carne sirve para alimento de mascotas y para alimentar turistas como “platillos tradicionales”. Como si “tradicional fuera” acabar con el planeta. “El filete que destruyó el planeta” me imagino que dice la carta.  

Se prohibió cazar ballenas en 1986, sin embargo, Japón, Islandia y Noruega continuaron haciéndolo. Entre los tres, matan 1500 ballenas al año.  

https://uk.whales.org/our-4-goals/stop-whaling/ 

 

2 millones de dólares, por si te lo preguntas. “Cada ballena vale 2 millones de dólares”, indica Ralf Chami. Chami no es un biólogo. Es economista. “Por sus aportaciones al turismo, a los nutrientes que desechan y al carbono que capturan en sus cuerpos masivos, valen 2 millones de dólares”. Básicamente, cuidar las ballenas, traerá grandes dividendos al planeta. Las ballenas son, digamos, como árboles nadadores gigantes, pero sin ardillas marinas. Atrapan el carbono y cuando mueren, en el fondo del mar, ese carbono se elimina del ciclo atmosférico durante cientos a miles de años, indica National Geographic. Ajá, son bonitas, pero no nada más eso. Shame on you Capitán Pollard / Que vergüenza Capitán Pollard.  

 

El valor que Chami pone, se basa en el valor del dióxido de carbono en el mercado y lo que ellas “reciclan”. Considerando la población total de ballenas en el mundo, ese valor es de un trillón de dólares. Un análisis al puro estilo economista. Consideraciones de variables sobre transformación de carbono como si de una planta recicladora se tratara. Clásico... 

https://www.nationalgeographic.com/environment/2019/09/how-much-is-a-whale-worth/ 

Así es que las ballenas tienen doble valor. Si, por un lado, por su valor en “la báscula”, en transacción directa como en el mercado, pero también por el valor y el beneficio ecológico que traen al planeta y por este último, definitivamente necesitaríamos más ballenas en el mundo. Ahora más que nunca. Son tan necesarios como inteligentes: son los animales que saben cómo salvar al planeta.  

Por desgracia, difícilmente veremos ballenas embistiendo las modernas e inhundibles embarcaciones de hoy en día para defenderse como lo hizo Mocha Dick. No por ellas, porque inteligentes, sí que lo son. Citlali Helenes González, del University College London, hace un análisis de la inteligencia de las ballenas y los delfines. Empecemos con el cerebro, las ballenas tienen el cerebro más grande del reino animal, 7.8kg, sin embargo, en proporción con el tamaño del cuerpo los humanos tienen el cerebro más grande, seguido de cerca por los delfines. Sin embargo, no necesariamente el tamaño del cerebro se correlaciona con la inteligencia. El córtex es la capa exterior del cerebro –de dos a cuatro milímetros-, en donde se constituyen las funciones cognitivas, donde se procesan los sentidos y la conciencia, donde se forman el pensamiento y el lenguaje. Mayor Córtex, podría ser mayor inteligencia. Sin embargo, lo que hacemos con el cerebro es lo importante. La cultura es lo que se aprende de una comunidad y que no está determinada genéticamente. El canto de las ballenas, por ejemplo, cambia. Puede estar de moda o no y rápidamente cambiar y difundirse en una población completa. Una habilidad socialmente aprendida y no determinada genéticamente. Los perros ladran igual siempre, los gatos maúllan igual siempre, las ballenas cantan distinto. A diferencia de los hombres las ballenas evolucionan al cantar, el hombre reguetonea y DEvoluciona. 

La cultura hace que una población cambie rápidamente a diferencia de los cambios genéticos, que tardan mucho tiempo en tomar efecto. Esto es, mejor adaptación al medio. La pregunta es ¿si son tan inteligentes, entonces porque no han inventado la rueda? Bueno, pues... porque... pues porque no la necesitan... 

https://blogs.ucl.ac.uk/researchers-in-museums/2017/08/10/are-whales-and-dolphins-as-smart-as-we-are/ 

La cosa es que el hombre y la ballena tienen mucho en común. Desde hace muchos años. Desde “siempre” diría yo. Un pariente lejano, en algún momento desarrolló la placenta y 

Si, compartimos la inteligencia, y también un ancestro en común. El animal que desarrolló la placenta. Eso nos coloca en la familia de las ballenas. -Pudo haber sido alguna de las otras dos familias de mamíferos como los marsupiales o los ovíparos, indica Scientific American. Esto sucedió hace 65 millones de años, pero ni el tiempo ni la distancia hace que los lazos familiares se rompan.  

https://blogs.scientificamerican.com/observations/meet-the-last-common-ancestor-of-bats-whales-sloths-and-humans/ 

 

Así es que somos más ballenas de lo que pensamos y aún así, no aprendemos a convivir con ellas. Somos más cercanas a ellas que probablemente a los canguros, aunque ambos andemos en dos patas. Y las ballenas son más parecidas a los humanos que a las sardinas, aunque ambos naden y conozcan a Nemo.  

La historia de Moby Dick es fascinante, tanto que le han dado un sobredimensionamiento a la representatividad de todo lo escrito ahí. ¿Qué representa la ballena? Un animal inteligente que no está de acuerdo en ser cazado y que, al final, se defiende como puede. Si crees que son tus monstruosos miedos con los que debes tener una lucha interna enfrentándote a ellos para salir adelante... pues igual también. Pero a veces la profundidad del mar, no nos permite ver la las cosas sencillas de la superficie y eso es, que nos estamos acabando a las ballenas y a muchas otras especies.  ¿No crees?