Te estas alimentando mal... si, lo sé. Estas haciendo poco ejercicio... si lo sé... Estas todo el día sin moverte en casa y viendo demasiada tele... si... lo sé. Estas fuera de control... si, lo sé. Tal vez sea que estos son otros tiempos y nadie le avisó a tu cuerpo que hay que cambiar. Es momento de reinventar tu nutrición en los nuevos tiempos porque todo... absolutamente TODO cambió.
La realidad es la verdad, lo efectivo y con valor práctico. En contraposición con lo fantástico e ilusorio;
Lo absurdo es extravagante, irregular, irracional, disparatado, opuesto a la razón. chocante y contradictorio.
Bienvenido a Azul Chiclamino. La realidad de lo Absurdo. Yo soy Rodrigo Llop y yo te cuento.
Los memes invaden los teléfonos. Es la nueva forma de comunicarnos. Si está en un meme, entonces es sarcásticamente real y cierto. Es probablemente, la forma más real de comunicar una noticia, una situación o un mensaje. Corto, sencillo, rápido y al alcance de tus manos. Pero, sobre todo, entendible. Dicen que hoy en día, quien mejor comunica son los comediantes, y algo de razón tiene esa frase. ¿Cuáles son los memes que nos están invadiendo? Es sencillo. Aquellos que retratan sarcásticamente nuestro encierro. Personas viviendo en un refrigerador para evitar la fatiga de ir a la cama o a la sala. Personas que no podrán salir una vez terminado el encierro porque no caben por la puerta. Sillones perfectamente equipados con descansabrazos para la cerveza y el control remoto, paleta para la computadora e incluso retrete, gente tomando clases remotas de zumba o aerobics mientras come una hamburguesa. “It’s funny because it is real – Es gracioso porque es real”, dice el dicho.
Es cierto, el mundo cambió. Será distinto el mundo que conocimos antes de este confinamiento que el que veremos al salir. Los hábitos cambiaron, la forma de relacionarnos y de trabajar cambió. No hay forma de regresar a lo que éramos... para bien y para mal. Así es que es momento de reaccionar al cambio. Si antes no queríamos hacerlo, hoy el mundo nos pone un reto: el cambio no es opcional. Si no lo entendemos y accionamos cambios, entonces vamos a sufrir bastante.
Bien, pues uno de ellos es la forma de relacionarnos. Por supuesto sufríamos de una enfermedad llamada dispresencia. No estar aquí si no estar en otro sito mediante dispositivos electrónicos. La dispresencia trajo sedentarismo y aislamiento. Primero porque no era necesario estar y segundo porque no era necesario ir. Ahora sufrimos por no estar –en otro lado- y por no ir –a otro sito. Sufríamos también de pretextismo. ¿Por qué no como bien? Porque no tengo tiempo, forma o sito para hacerlo. ¿Por qué no hago ejercicio? Porque estoy cansado, porque no tengo tiempo, porque no tengo como. Finalmente sufríamos de aislamiento. El WhatsApp y redes sociales se convirtieron en la forma de comunicación cotidiana. “No me has llamado! ¡No sé nada de ti!”, dice mamá. “¿No sabes nada de mí? ¡Pues ahí están las fotos en Facebook!” El mundo cambió y todo esto ahora no es una decisión, es una imposición y ahora nos quejamos porque tenemos justo lo que pedimos: tiempo para estar, para ser y para la presencia. ¡Vaya tipo!
Pero a la nueva realidad, con viejas costumbres. ¿Qué hay para comer? Vayamos a YouTube. Estamos compartiendo recetas e ideas para este encierro que no se ajustan a nuestras nuevas costumbres.
Primero, estamos llenos de ansiedad y estrés. Y tú me dirás: “Oye Rodrigo, pero ya veníamos de un ambiente lleno de ansiedad y estrés", y yo te contestaré... “Si...” SILENCIO... ¡AH! ¿QUIERES MÁS? Bien, pues antes venías de un ambiente de ansiedad y estrés, pero creado por ti, que conocías y que era un “satus quo” (que en realidad se dice statu quo) … antes lo conocías, antes sabías que esperar de él, de donde venía y no cambiabas nada porque no querías cambiar. Ahora, no sabes por donde va a salir el tigre. El no entender esta nueva realidad y cómo cambiará el mundo nos llena de tensión. Y ojo, es normal, aunque no está bien. Debemos lidiar con ello.
Segundo, los horarios han cambiado por completo. Y no me refiero al cambio de horario... que tambieeeén cambió... “Existe una gran descompensación hormonal y basado en los cambios alimenticios y en los cambios de horarios. Esto afecta el sueño, afecta el desempeño físico y mental, afectando la alimentación.” indica Celia Peniche, Maestra en Ciencias de Nutrición y fisiología del deporte de la universidad de Camberra, Australia.
Tercero, el cambio en los hábitos del sueño nos afectan también. ¿Para qué pongo el despertador si no tengo ningún lado a dónde ir? Peor aún, si, de todas maneras, cuando pongo alarma no le hago caso. ¡Es más, ahora que no tengo pretexto del tráfico, sigo llegando tarde a trabajar a la cocina! Los días se extienden y las noches se acortan. El cuerpo secreta hormonas a deshoras y eso cambia hábitos alimenticios. El Comfort Food es un recurso sumamente demandado. El cuerpo pide energía en forma de azúcar porque estamos cansados o estresados y nosotros concedemos “consintiéndolo” porque estamos un poco Blue.
Y finalmente cuarto, el sedentarismo nos invadió. Nos movemos menos, permanecemos sentados o acostados la mayor parte del tiempo y eso cambió la forma en la que nuestro cuerpo funciona. No digamos, la disminución al máximo -en muchas ocasiones- de la actividad física o deporte. Si, lo sé... te levantas del sillón para ir al baño y algo te molesta en la espalda... te rascas y es un cheeto ¿Peor aún? Te lo comes porque te da flojera ir a tirarlo a la basura. plop
Lo terrible es que esto le está sucediendo a todo mundo. “Estamos en modo de supervivencia”, indica BBC. “A pesar de ser diabéticos, la gente está comiendo chocolates y galletas, porque el objetivo no es estar sano si no sobrevivir.” WOW! “El cerebro está en modo vacaciones así es que la comida rápida, los excesos y el alcohol están tomando control de nuestra alimentación”. La salud, igual que hablarles a tus padres, está en prioridad tres o cuatro.
https://www.bbc.com/news/stories-52329529
Lo que he visto es que vivimos basados en el reloj, sin tener tiempo para cocinar y ahora que tenemos tiempo, no queremos, no podemos o no sabemos. ¿Cuál es el siguiente paso? Pues como se resuelve todo en el siglo 21. Acudir a Wikipedia o a Youtube. En este caso buscando “buenas recetas y fáciles”. Muchas de ellas, se basan en grasas en exceso, y proteínas grasas, en alimentos altos en azúcares y excesivos carbohidratos... AH... todo capeado, envuelto en tocino, frito y con una pequeña rama de perejil chino encima porque... pues porque el platillo debe tener algo verde.
“El gran secreto de todo es poner orden en nuestras vidas”, explica Celia Peniche. “Todo comienza en el orden. Desde despertar a una hora conveniente, desayunar en orden en porciones correctas, trabajar, comer, ejercitarse -según posibilidades, que siempre las hay-, y dormir a una hora adecuada. Así mismo tomar las decisiones correctas. La comida sana no debe ser fea o insípida. Hay opciones a elegir que son ricas, nutritivas y sanas. El balance entre las proteínas y carbohidratos debe ser correcto, sin excederse ni privarse, y por supuesto, basar la alimentación en verduras y frutas”, concluye Peniche.
Pero hay otro tema importante. La alimentación sana y balanceada trae otros beneficios, indica la Organización Mundial de la Salud. Asegura un sistema inmunológico fuerte y con un menor riesgo de enfermedades crónicas e infecciosas. ¿De qué va? Vitaminas, minerales, fibra dietética, proteínas, antioxidantes... todo lo que el cuerpo necesita.
Es clarísimo que el mundo cambió. Ni la televisión ni las computadoras caseras, ni el internet ni los smartphones cambiaron al mundo tan rápido. Tampoco los relojes calculadora ni el Atari. No fue el plástico en los mares ni la extinción de animales los que en realidad movieron de sintonía al mundo. Tampoco la amenaza de la extinción de especies, fue nuestra propia extinción la que nos hizo cambiar. Mucho menos los Furbis y los Tamagochis cambiaron al mundo de esta forma. Así es hay dos opciones. Una, seguir viviendo con reglas obsoletas de un mundo que ya no existe o comenzamos a adaptarnos a esta nueva realidad. Es duro, pero es así. ¿Nostalgia? Seguro, pero es momento de tocarle las golondrinas y decirle adiós. Que sigue, utilizar este momento para tomar nuevos hábitos. NUEVOS Y BUENOS HABITOS... OJO.
¿Qué recomienda Celia Peniche? “Tomar este reto y transformarlo en una oportunidad.”
Tener una estructura en la vida. Orden al comer, orden en el sueño, orden en el movimiento y ejercicio. Orden.
Tenemos la oportunidad de cocinar y comer en casa. No desperdiciarla. Tener la oportunidad de elegir que comer. Elegir mejor y más inteligentemente que comer. “Comer sano no es comer feo, es comer divertido y mejor”. Evitar botanear todo el día.
Evitar el alcohol. Beberlo inteligentemente, en fines de semana o en momentos precisos. Evitar todo el día.
Beber agua. Aunque a la gente no le guste el agua es de vital importancia para el sistema digestivo. Es la medicina más sencilla que podemos tomar.
Activarse. Ver la forma en la que nos activamos. Moverse y hacer ejercicio es vital para usar y quemar calorías, para mejorar la circulación e incluso para que el sistema digestivo trabaje bien. El estreñimiento es causa de el sedentarismo actual. Actívate con apps y con YouTube. Sentadillas y lagartijas, trote sin moverse, incluso pasos de baile o Yoga. ¿Por qué no un poquito de salsa? El movimiento mejorará nuestra vida.
Por cada dos horas de inactividad -estar sentado frente a la computadora, por ejemplo-, levántate y muévete por 10 min para evitar el sedentarismo.
Todas tus llamadas telefónicas hazlas caminando o durante tus juntas virtuales no estés sentado, puedes tomarlas de pie o inclusive caminando.
Pon un horario de convivencia con tus seres queridos. Eso ayuda emocionalmente y sobre todo te aleja del refrigerador.
Establece un hrario para irte a la cama y deja las redes sociales al menos una hora antes -si no es que 24 horas antes, de ser posible.
Recuerda que tenemos una desventaja. La obesidad, el sobrepeso, la diabetes y la hipertensión son factores de riesgo para el Coronavirus o Covid-19 y están relacionados con tu estilo de vida. Tu inactividad, sedentarismo y malos hábitos de alimentación. Esta es la oportunidad perfecta para salir fortalecidos y hacer de este gran reto -por no llamarlo problema-. Mejores hábitos, mejor sistema inmune, menor riesgo. Esto ya no es opcional.
Hay cosas que uno no puede controlar, como lo que sucede de la puerta de nuestra casa hacia afuera. Hay cosas que, si podemos controlar, lo que sucede de la puerta hacia adentro. Este es un momento de cambio y los cambios pueden ser buenos o malos. Este es un buen momento para comenzar a poner orden en cómo nos alimentamos y como nos movemos. Piensa en este como el momento perfecto para cambiar...si no es porque quieres, es porque TIENES que cambiar. Piensa en que es la oportunidad perfecta porque tienes el tiempo, tienes la cocina y tienes la consciencia para moverte. Hazlo por ti.
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