EP#202: NO puedes ser lo que quieras

“Tu puedes ser lo que quieras”, me dijeron mis papás, me dijeron mis maestros. Vaya mentira más grande. Mas vale que le vayas diciendo a esos chiquillos que cuidas, que aconsejas, que enseñas que no. Diles “no puedes ser lo que quieras”.  

La realidad es la verdad, lo efectivo y con valor práctico. En contraposición con lo fantástico e ilusorio; 

Lo absurdo es extravagante, irregular, irracional, disparatado, opuesto a la razón. chocante y contradictorio.  

Bienvenido a Azul Chiclamino. La realidad de lo Absurdo.  Yo soy Rodrigo Llop y yo te cuento.  

 

Tocaba elegir un tema y pensé en los niños. Hace mucho que no escribo sobre niños, así es que me puse a leer, a buscar información de fuentes confiables y de personas extraordinariamente capacitadas... como siempre. Como es Azul Chiclamino.  

¿Qué se preguntan los niños?... “¿Por qué el cielo es azul? ¿Por qué debo ir a la escuela? ¿Por qué ya no hay dinosaurios? ¿Por qué hago popó?”  

“¡Ya sé!”, pensé chasqueando los dedos. 

Lo que siempre pregunta un niño: “Papá... mamá... De grande ¿puedo ser lo que quiera?” 

Una pregunta fácil, simple, motivacional y no me complico en este episodio analizando la existencia filosófica de Dios. Pronto me di cuenta de que de fácil tiene poco; de simple, nada y motivacional menos. Es probable que sea, incluso como tu estado de cuenta: reveladoramente fría y depresiva. 

¿Qué le contestas a un niño que te pregunta eso? “¿Puedo ser lo que quiera?” Si. Puedes ser doctora o enfermero, puedes ser carpintero o arquitecto. Puedes ser piloto o puedes ser deportista, puedes ser maestra, abogado o puedes ser policía. Puedes ser político o, la otra opción, puedes ser honesto... puedes ser lo que quieras. ¡Hay un sinfín de opciones, de posibilidades, de caminos que tomar en la vida! ¡Y eso es fantástico! Yo, por ejemplo, decidí ser ingeniero, y en el camino decidí ser economista y luego ser vendedor y mercadólogo, e incluso escritor y locutor. ¿Periodista? Porque no. ¡También! Yo decidí serlo todo. La cosa es un poco más complicada. Me imaginé hablando con un niño:  

“Para ser lo que quieras, debes esforzarte. Debes estudiar, debes ser constante... debes desearlo con toda el alma. ¡Eso que quieres ser, te debe encantar! Debes trabajar todos los días, debes buscar oportunidades, debes conseguir ayuda, debes acercarte, incluso, a una comunidad que haga lo que quieres hacer. Debes estar cerca de ellos. Debes leer, leer mucho y nunca dejar de leer y de entusiasmarte por ello. Puedes ser lo que quieras, siempre y cuando no seas egoísta, siempre y cuando ayudes a los demás, siempre y cuando dejes un mundo mejor. Así será más fácil ser lo que quieres. Aja... “ 

Iba tomando notas. Hoja tras hoja de estas maravillosas y grandiosas ideas. Bastaba una publicación que sustentara todo esto que estoy diciendo, poner referencias y listo... Si... listo... todo se rompió.  

Encontré una publicación del Washington Post. Erica Reischer, PhD en psicología por la Universidad de Chicago explica en un texto frío y concreto: “No cariño, no puedes ser lo que quieras... y eso está bien”. Busqué otro artículo. No es lo yo quería escuchar o sustentar o comunicar, pero esa pequeña vocecita que tenemos dentro me llamó de vuelta. ¿¡Cómo de que no puedo ser lo que quiera!? Bueno, En realidad, mi niño interno –ese que vive dentro de mí y que me dice que hacer, que leer, que escribir, como divertirme, de que burlarme y de que reírme y que usa un overol rojo de shorts con un pato Donald bordado en el frente- fue él que contestó y buscó nuevamente el artículo “¿Cómo de que no? ¡Nadie me va a decir que puedo y sobre todo QUE NO PUEDO SER!”, levanté la voz. 

 

Bien, pues la realidad es otra. No puedes ser cualquier cosa que quieras en la vida y este statement es un golpe durísimo en la vida. Quien no lo entienda puede vivir frustrado en la vida o ser infeliz el resto de sus días. Quien lo domine, pasará a la catafixia y podrá ganar el gran premio final de la vida: la felicidad o una sala de muebles Troncoso. Si vives frustrado hoy en día, es probable que estés atorado por este statement.  

 

https://www.washingtonpost.com/news/parenting/wp/2016/02/18/no-honey-you-cant-be-anything-you-want-to-be-and-thats-okay/ 

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Hay cinco reglas que no deben obviarse. Si me las hubieran explicado de chico, me hubiera ahorrado horas y horas de terapia.  

 

  1. Las metas que te planteas pueden crear exceso de presión.  

 

“Siempre que una persona esté comprometida con el objetivo, tenga la capacidad necesaria para alcanzarlo y no tenga objetivos en conflicto, existe una relación lineal positiva entre la dificultad del objetivo y el desempeño de la tarea” 

 

He visto muchos niños con metas muy claras, desde pequeños. Son los afortunados que saben qué quieren hacer desde pequeños. Con una claridad buscan, desde pequeños, sus objetivos, aunque también desde pequeños, los persigue una excesiva presión. Buscar metas complicadas puede ser incluso dañino, explica un estudio de Harvard llamado “Goals gone wild”. Perseguir un objetivo complejo agregará exceso de presión que puede traer problemas físicos y psicológicos a un niño, adolescente o adulto por igual.  

 

https://www.hbs.edu/ris/Publication%20Files/09-083.pdf 

 

Déjame explicarte. Un adolescente puede querer ser doctor, puede incluso querer ser un excelente doctor o el mejor doctor. Conseguir acceso a la mejor escuela de medicina requerirá ser de los mejores en clase, obtener las mejores calificaciones. ¿Quieres ser el mejor sobre los mejores? Tienes que ir a Harvard u Oxford, las mejores escuelas de medicina en el mundo. Para ello necesitas ser el mejor de tu clase, de tu escuela, de tu barrio, de tu ciudad y tal vez de tu país: el sacrificio total. Posiblemente frustración cuando obtengas el único 9 de toda tu carrera estudiantil. ¿Dejarías de comer para conseguirlo? ¿De dormir? ¿De cuidarte? ¿Qué harás cuando te enfermes? Estudiar... no hay de otra. Conseguir metas complicadas puede ser dañino.  

 

Querer ser el mejor karateka, el mejor violinista, el mejor patinador sobre hielo son los objetivos que buscan a corta edad los niños altamente competitivos. Tener acceso al único lugar del equipo olímpico infantil de patinaje puede ser gran presion autoimpuesta que puede complicar toda una vida. 

 

https://www.topuniversities.com/university-rankings-articles/university-subject-rankings/top-medical-schools-2020 

 

Muchos tenemos un Trastorno Obsesivo Compulsivo TOC. Yo quería pintar con la combinación de colores perfecta, no salirme de la raya al pintar. Un trazo imperfecto podía frustrarme. Déjame decirte que a mí me curó Picasso, a Miró, la pintura abstracta, ...los impresionistas en donde pareciera que la perfección es opcional.  

 

 

  1. Las metas del padre se convierten en las metas del hijo o al revés. 

 

Dos cosas muy distintas son decidir y que decidan. Distinto es “ser doctor” que “SE doctor”. Las metas de los padres a veces se convierten en las metas de los hijos. ¿Cuántas veces has escuchado “soy abogado porque vengo de una familia de abogados”? Mi abuelo, mi padre, mi tío, mis primos... SE abogado o SER abogado.  

 

Es la gran diferencia entre querer ser doctor porque hay una vocación de curar y sanar. La otra, la de un niño que conocí porque quería ser doctor. Los padres orgullosos lo empujaban por el camino de la ciencia y la medicina hasta que se dieron cuenta que quería ser Doctor... como el Doctor Chapatín y el Dr. Mc Dreamy de Grey’s Anathomy. Lo que quería ser era actor. La desilución y frustración, fue de los padres: un hijo dedicado al arte.  

 

Yo siempre quise ser astronauta, pero en realidad lo que quería era seguir SOÑANDO QUE ERA ASTRONATUA porque también quería poner voces en caricaturas y hacer historias. No era salir al espacio si no contar la historia de salir al espacio. Lo que quería, en realidad era ser un soñador y contar mis invenciones. Eso lo hace un escritor. Me di cuenta de que había querido ser escritor porque alguna vez mi padre lo comentó. Él hubiera querido ser escritor – y hubiera sido muy bueno- y la idea no me pareció mala. No fue un consejo ni una imposición, fue un concepto que me gustó. Decidí escribir mis sueños y contar las historias que imaginaba.  

 

Decirle a un niño que PUEDE SER LO QUE QUIERA es un excelente pero peligroso ejercicio: 

 

  1. Las condiciones pueden complicar u obstaculizar en exceso tus metas 

 

Tú puedes ser presidente. Si, es cierto, y es claro... ha quedado comprobado comprobadísimo en estos últimos años que no es cuestión de capacidad... en fin... Tú puedes ser presidente, aunque no encajes en el concepto o seas distinto (ser pobre, por ejemplo... pertenecer a una minoría racial). Al final, puedes lograrlo. “Mandela lo logró mijo. Benito Juárez lo logró. Obama lo logró. Tú puedes lograrlo”. Un discurso motivador para un niño, tal vez peligroso, tal vez incierto, tal vez incompleto.  

 

Un ejemplo más claro: “Tú puedes ser el mejor basquetbolista, mijo”. No es necesariamente cierto si no tienes la estatura, las cualidades o si sufres de alguna discapacidad, o si eres minoría, como… blanco... 

 

¿Puedes ser lo que quieras? Sorpresa: Tal-vez-no. Ajustar las metas a la realidad o enfocarse en lo que, si es posible hacer, es un ejercicio que se debe trabajar con los niños. 

 

¿Cuáles son los obstáculos que hay para llegar a esas las metas? ¿Cuáles son las opciones remplazables disponibles que hay? ¿Debemos hablar con los niños o adolescentes sobre “metas alternativas” que sean más fáciles, que sean más favorables, que sean más reales? ¿Intercambiar metas?  

  

Recuerdo que nunca lograba llegar al equipo de futbol de la escuela, buscando entrar al equipo de basquetbol, no tenía la altura, el voleibol no me gustaba. Terminé muy feliz jugando hockey sobre pasto y hockey de salón -claro, porque nadie más se había inscrito- pero encontré una pasión particular ahí. Era muy bueno... (claro, era el único). 

 

  1. La realidad puede NO favorecerte.  

 

Un vistazo por la realidad no viene mal. Por ejemplo, la realidad económica. Esa puede compensarse de una u otra forma. ¿Puede un niño ser abogado a pesar de venir del seno de una familia pobre? Si, será más complicado, pero sí. ¿Puede un joven ser doctor si, además de estudiar, debe trabajar 8 o 10 horas en un tianguis o mercado para mantener a la familia? Por supuesto. Será más complicado que tras condiciones, pero sí. La realidad puede complicar el entorno, aunque no por eso deben truncarse los sueños. Hay acceso a becas (pocas, pero las hay), hay apoyos estudiantiles, hay formas. El camino es más largo y más pesado porque no es nada más arrancar la carrera si no buscar recursos para empezar la carrera, en algunos casos el viacrucis comienza en LLEGAR a la carrera. 

 

De igual forma, las estadísticas no siempre pueden estar de tu lado. Uno en 46 presidentes ha sido negro en Estados Unidos. 0 en 46 ha sido mujer. ¿Una mujer puede ser presidente? Claro que sí... las estadísticas no favorecen las metas. Cuando las estadísticas son una realidad que no favorece.  

 

¿Puedo ser lo que quiera? 

 

  1. La suerte puede no estar de tu lado 

 

La Dra. Reishcher cuenta la historia de Eliot Page, un actor nominado al Oscar descubierto en la prepa por un scout de talento. Eliot se pregunta siempre ¿Qué hubiera pasado si ese día no hubiera ido a la escuela? El talento es inherente a la carrera de Page, pero su historia hubiera sido distinta sin esa oportunidad. Sin esa encrucijada de caminos. Sin esa suerte o fortuna.  

 

El premio Nobel Daniel Kahneman lo pone claro: El éxito proviene del talento y la suerte. El gran éxito viene de más talento y muchísima suerte.  

 

Conseguir metas puede no depender de uno. El gol del mundial depende del clima, en muchas ocasiones, depende de que el balón caiga en tus pies, depende de un grito en la tribuna o de que tengas las agujetas bien amarradas. Bugs Bunny tenía no solo una si no cuatro patas de conejo. Por eso era el conejo de la suerte. Pero no te preocupes. El Pato Lucas, a pesar de no tener suerte y de que todo le salía mal, también caía muy bien.  

 

Puedes intentar ser lo que quieras, puedes trabajar lo que quieras y dejarle el último empujón al destino.  

 

A pregunta explicita ¿puedo ser lo que quieras? La respuesta es si. Una niña puede ser astrofísica y un niño puede ser cocinero. Una niña puede ser árbitro de futbol y un niño puede bailar ballet. Un golpe de realidad puede ayudar, mucho trabajo, una dirección al rumbo óptimo y todo va a estar bien.  No importa color, origen étnico, preferencia sexual... el trabajo de los padres debe ser entender y dirigir. 

 

Puedes enseñarles a los niños que hay reglas específicas para llegar a ser lo que quieres ser. Pero no siempre lo que quiere es lo mejor para él. No siempre lo que quiere, se puede conseguir porque no está en sus manos. No siempre lo que quiere, le “corresponde o le toca”. A veces es preferible abandonar un sueño que vivir toda una vida en una frustración. A pregunta explicita, ¿Qué quieres ser? Los adultos dirigimos a los niños a que escojan en un catálogo de profesiones la más fancy, la que supuestamente asegure el éxito económico en un futuro. La cosa es que a pregunta explicita ¿Qué quieres ser?, la respuesta debe ser “quiero ser feliz” y nada más. ¿Cuál va a ser tu estrategia para que tu hijo conteste eso? Hay en el mundo muchos adultos jóvenes, adultos contemporáneos, chavorrucos, e incluso adultos mayores que no pueden contestar esa pregunta a la fecha. ¡Que gacho! 

 

Esto fue Azul Chiclamino, la realidad de lo absurdo. Yo soy Rodrigo Llop. Sígueme en instagram y twitter Rodrigo_llop, en Facebook, en Youtube y por supuesto en azulchiclamino.com 

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