EP#208: Pacto con el Diablo

¿Qué serías capaz de hacer para conseguir tus sueños? En los momentos más bajos de tu vida, lo has pensado. Al final, no accedes porque... pues... ¡Por qué es el Diablo! Pero, ¿de verdad serías capaz de hacer un Pacto con el diablo? 

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Pasé una noche fatal. Dormí muy poco. Abrí los ojos y lo primero que vino a mi mente fue: “Encrucijada del Diablo”. Vi el reloj, 7am... ¿Me levanto o me quedo a dormir? Decidí es que me levantarme, encendí la cafetera y senté a esperar que el café estuviera listo y, mientras, tomé mi celular y googleaba esa frase.  

Una de las historias de folklore de las raíces de Mississippi narra el encuentro entre un guitarrista frustrado y Satanás en la intersección de dos carreteras... una encrucijada. Con tal de conseguir el dominio total de la guitarra, el músico está dispuesto a vender su alma al diablo, así es que se para en medio de las dos carreteras tocando su instrumento hasta que Satanás llega en la forma de un hombre negro. Si hubiera sido Los Ángeles hubiera llegado un Cholo, si hubiera sido Miami, probablemente hubiera sido Andy García. ¿Mississippi? Un hombre negro. El músico presenta su instrumento al misterioso extraño quien toca algunos acordes y se la regresa. Implícito, se había firmado un pacto musical. El guitarrista ahora poseía la habilidad de tocar cualquier canción que deseara, sin embargo, su alma ahora pertenecía al diablo. La cafetera estuvo lista y me serví un café. 

Déjame hacer una pausa, hace unos meses, durante la pandemia, trabajaba en mi computadora. Abrí un programa, de esos que están instalados sin saber por qué o como llegaron ahí y lo abrí. Intenté usarlo... no pude. Complicado, mil opciones, combinaciones complejas de teclas para acceder menús. Super complicado. Lo cerré. “Me gustaría saber usar este programa, me ahorraría mucho tiempo...”, pensé. Me fui a dormir, pensando en que podía usarlo. Soñé... esos sueños que uno tiene y que no son sueños, son más bien como viajes... en fin. Al despertar regresé a la computadora y sin ninguna explicación, sabía usar el programa. Hmmm. Historia real. 

 Le di un sorbo a mi café.  

 La leyenda del músico, continúa Mississippi Enciclopedia, es probable que tenga orígenes en África, no con Satanás si no con una deidad Dahomean Legba o Yoruba Eshu (usted disculpe mi mala pronunciación africana, la tengo un poco empolvada de mis otras vidas). Pero básicamente, los estudiosos colocan la historia en el folklore esclavista de la cultura negra en Estados Unidos. Lo interesante es que, se le atribuye a la vida del músico de Blues del siglo XX, Robert Johnson. 

 Johnson nació en Misisipi en 1911, tocaba la armónica pero siempre deseó tocar la guitarra como su ídolo, Son House pero tenía poco, muy poco talento. Otros colegas músicos se burlaban de él y se negaban, incluso, a tocar con él. Se alejó durante algunos meses de los escenarios... desapareció. Tiempo después regresó, con un talento brutal para la guitarra. Fue sospechoso el corto tiempo en el que acuñó con tal perfección el talento de la guitarra y sus acordes. Nació una leyenda: Johnson había logrado la maestría gracias a un pacto con el Diablo, incluso sus canciones hablaban de ello: temas obscuros de soledad, frustración, pérdidas personales, canciones sobre el infierno. “Hellhounds” (“los sabuesos del infierno”) y sobre todo su más famosa canción “Crossroads Blues” (“El blues de la encrucijada)”, en donde cuenta su encuentro con Satanás.  

Después de leer la historia de la encrucijada, recordé cómo al despertar, había aprendido una habilidad nueva... como Johnson. Aprendí a usar un programa que desconocía por completo... ¿No te ha pasado? Ejem... seguro que no... Yo no hice ningún pacto con el diablo, más bien pienso que en mi extraño sueño, me asomé por la espiral del tiempo y descendí un par de giros del tirabuzón y descendí en el tiempo, regresando, retrocediéndolo y aprendí esa habilidad... luego, escalé nuevamente la espiral dos niveles temporales y regresé justo a tiempo para despertar... en fin... esa es otra historia. No vendí mi alma, sino regresé en el tiempo durante un sueño pandémico 

Johnson vendió millones de albums y su leyenda Faustiana continúa después de su muerte en 1938. Esto apuntala la veracidad de la historia y explica al mismo tiempo su espontánea destreza con el instrumento.  

 Yo por otro lado he intentado viajar nuevamente, no logro hacerlo (al menos para eso, aunque si déjame decirte que, en estos tiempos de encierro, el tiempo está muy loco y se comporta de forma extraña... pero esa es otra historia). Lo que pensé fue: ¿Por qué necesitaría regresar a aprender otra habilidad? ¿Qué habilidad que no tengo, necesito hoy? ¿Qué debí haber aprendido en el pasado? ¿En qué debí invertir mi tiempo en vez de horas y horas de Atari?  

 Si pudieras aprender ALGO en un instante, ¿qué sería? ¿Qué pacto harías? - ¡Por supuesto no al precio de tu alma! -Que, dicho sea de paso, nadie, ni el diablo, puede quitarte tu alma... bueno, tal vez el registro civil, pero esa es otra historia. ¿Yo? Arte... Dibujar y pintar mejor –no lo hago mal, pero me gustaría pintar mejor. Música, nunca tuve la oportunidad de sentarme frente a un instrumento que me atrapara... ¿Piano? ¿Guitarra? ¡TODO LO QUE PODRÍA CREAR CON UNA GUITARRA! UFF. Origami y como hacer una cometa. ¡Fotografía! Tal vez cocina... ¡Caligrafía! Steve Jobs cambió el mundo por una clase de caligrafía que tomó en la universidad.  

 La cosa es, todo eso lo puedo hacer hoy, sin perder más el tiempo... Sin tener que jugar a Tony y Duglas, sin vender mi alma al Diablo como Johnson. Aprender algo te tomará un par de años. Dominarlo, tal vez 5. ¿No crees que a tu “YO” del futuro pudieras regalarle algo así desde el pasado? ¿El don de la guitarra como Johnson?, ¿el arte del pincel o del grafito?, ¿el placer de la voz cantada o de la locución? ¿el gusto por la ciencia o por algún, otro conocimiento duro? Hoy puedes sentarte a aprender algo nuevo y sembrarlo para dentro de uno o dos o tres años. Con calma, sin prisa, con paciencia. Regálale a tu yo del futuro esa maestría en administración que tienes estancada desde hace año, tomar ese curso de Redes Sociales y Estrategia Digital que hoy necesitas, esa clase de meditación, ese curso de locución del cual me llevas hablando años o, como yo, ese curso de Clowning que llevo posponiendo tanto tiempo. Pfff... tanto por hacer y tan sentados que estamos viendo Netflix.   

En fin. Si algún día estas por, digamos... casualidad den Clarksdale, Mississippi y tengas un tiempito libre, pero sobre todo, un deseo muy MUY grande, tal vez puedas llevar tu guitarra o el instrumento que quieras dominar, tu pincel o tu tapete de yoga y pararte en medio de la 61 y la 49 y pregunta por el mismísimo Lucifer. Despacha desde ahí.  

 

Esto fue Azul Chiclamino, la realidad de lo absurdo. Yo soy Rodrigo Llop. Sígueme en instagram y twitter Rodrigo_llop, en Facebook, en Youtube y por supuesto en azulchiclamino.com 

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