EP#136: El hombre que no sabía que era psicópata

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Tú estás loco, yo estoy loco, él está loco, todos estamos locos... en fin y así te sigues. Si caminas por la calle o por el metro o en la escuela o en la oficina, si vas señalando a la gente y diciendo quién está loco entonces tienes que oír este episodio. Tal vez seas el hombre que no sabía que era psicópata.  

Yo soy Rodrigo Llop y yo te cuento. 

Y si... esto es Azul Chiclamino, la realidad de lo absurdo.  

“Esto es un manicomio”, lo he repetido muchas veces recién entrado a un nuevo trabajo. Bueno, sin ir más lejos, “mi jefe está loco” lo he dicho muchas veces, las últimas 5 por lo menos. Histeria, prisas, decisiones sin sentido, mucho estómago y nada de cabeza para tomar decisiones, mucho menos corazón. ¿Qué pasó con el tipo encantador de las entrevistas? ¿El que tenía un plan? ¿Un sueño? ¿Valores y visión? Nada queda incluso escasos meses después. ¿Te ha pasado? ¿Qué probabilidades hay de que siempre me pase y que me siga pasando? Claro, más allá de que “la vida me está diciendo no es por ahí, es por otro camino”, más probable de lo que crees, pero esa es otra historia. Pareciera que la locura en los puestos directivos de las empresas está más presente de lo podemos imaginar. Según estudios, un director general tiene tres veces mas probabilidad de ser un psicópata que una persona cualquiera... Tres veces. “Este sitio es de locos” no parece ahora una metáfora ni algo alejado de la realidad... algo muy “volado” que digamos. Ahora entiendo a Lupita cuando decía “el jefe no se siente muy bien hoy” y cerraba la puerta de la oficina del director general con una jeringa en la mano. Vaya, espero que mañana se sienta bien después del coctel de litio, lupita.  

Aquellos que tienen tendencias psicopáticas, indica Inc.com, tienden a elegir carreras donde se pueda ejercer el poder y ser un poco despiadados. Es como un Game of Thrones combinado con The Office o ya de perdida Mi Secretaria con Pompín Iglesias. Se les encuentra en carreras de negocios y de econom... e... economía... aja... en las universidades... SONIDO DE PAPEL QUE SE ARRUGA. 

https://www.inc.com/jessica-stillman/new-study-being-a-bit-of-a-psychopath-helps-you-get-ahead-at-work-if-youre-a-man.html 

Un estudio de la universidad de Alabama indica que alguien con tintes psicópatas -sin llegar al punto de carnicería con cuchillos de cocina o una motosierra de 8 cilindros- tiende a crecer más rápido en una organización y es que ciertas habilidades malévolas son aceptadas e incluso incentivadas, pero solamente en los hombres: dominantes, impulsivos y CON falta de empatía y tal vez clickeando su pluma todo el día... ¿Te recuerda a algún jefe que tuviste? Si, A mí también... Sin embargo, el estudio concluye que esas características abrirán camino a la cima de una organización, pero no para mantenerse ahí.  

https://www.eurekalert.org/pub_releases/2018-10/uoai-mil101518.php 

Déjame ayudarte a identificarlos: Es gente simpática y encantadora, egocéntrica y grandiosa, impresionante pues. Sin remordimientos y empatía, engañoso y con emociones poco profundas. Impulsivos y “de mecha corta”, sin responsabilidades y buscador de riesgos. ¿Te hace sentido? Pero te recomiendo que no voltees a verlo ahora ni pongas palomitas o chulos en la lista como si esto fuera un test de “la chica Cosmo o Vanidades”. Lo importante es que  veas lo común que puede llegar a ser.  

Esta es una gran paradoja para las empresas: Para el ejecutivo, es sumamente eficaz un poco de maldad y tiranía. Suele abrir paso hasta la cima, pero deja de serlo una vez que llegas hasta arriba. ¿A las organizaciones? Si, también les gustan estos per-so-na-jes: Controlan, mantienen un ambiente pulcro, ordenado y casi militarizado hasta que todo se desestabiliza y entonces termina de ser una empresa sana. 

“Quiero ese reporte, en tiempo, en forma, sin sus sellos de borreguitos en mi escritorio licenciada Starling y lo devorare inmediatamente con un delicioso Chiantti.” Alguna vez tuve un jefe que se parecía a Hannibal Lecter... pelón, ojos saltones, GRAN sentido del humor... ¿Su error? No usar bozal.  

En una oficina es común hablar mal del jefe. “Está loco, quien se cree... Se queda hasta tarde y llega temprano... tal vez nunca se va, tal vez siempre está aquí, tal vez mató a su familia y por eso no tiene a donde ir... dicen que los fines de semana también viene a trabajar. ”. Alrededor del garrafón de agua o en la máquina de café o de golosinas se discute el tema justo antes del “aguas, ahí viene”. Es un psicópata. Si tu no hablas mal de tu jefe y te dicen El Tigre Toño, tal vez tu seas el psicópata de la oficina, el Tigre toño, el cereal asesino.  

No voy a profundizar más en el cine y en la televisión, ya lo he hecho antes, pero basta darse una vuelta por Netflix para ver la cantidad de documentales que existen sobre psicópatas, sobre personajes que primero conocimos o leímos en el periódico y las noticias y que ahora viven en penitenciarias y cárceles: Murder Maps, Enfermeras Asesinas, H.H.Holmes el primer asesino serial, Entrevista con un asesino serial, Dentro de la mente de un asesino serial, son algunos de los títulos que encuentras en Netflix. La naturaleza humana está en querer saber que pasa dentro de la mente de uno de estos individuos y estoy seguro que no son unicornios cabalgando sobre arcoíris. 

¿Cómo piensan los psicópatas? ¿Qué le sucedió antes y después de sus crímenes? ¿Qué pasaba por su mente? Pero, sobre todo, ¿por qué le sucedió o que detonó todo. ¿El psicópata nace o se hace? ¿El entorno excesivamente competitivo de los negocios y la disponibilidad tener el poder a la mano y usarlo son detonantes o el psicópata busca ese ambiente para desarrollarse? Periodistas, literatos, guionistas, psicólogos, policías y maestros, todos se lo preguntan. ¿Porqué? Por supuesto, los científicos. 

El Dr. James Fallon, neurocientífico nada que ver con Jimmy Fallon del Tonight Show se en se encargó durante muchos años de analizar tomografías y escaneos de cerebros de asesinos seriales en la Universidad de California Irvine. Buscaba la correlación entre pacientes con tendencias psicópatas al mismo tiempo que analizaba pacientes con Alzheimer, para lo cual estudió a personas diagnosticadas junto con personas sanas, el grupo control, Indica Smithsonian.  

https://www.smithsonianmag.com/science-nature/the-neuroscientist-who-discovered-he-was-a-psychopath-180947814/ 

Dentro de su análisis encontró un caso que le llamó la atención. Una tomografía que cumplía al pie de la letra todas las características patológicas de su teoría para identificar psicópatas.  

Mostraba actividad en la los lóbulos frontal y temporal, ligados con empatía, moral y autocontrol. Revisó la máquina para encontrar algún error, pero el scanner trabajaba perfectamente bien así es que decidió ver el nombre del paciente al cual correspondía ese estudio. El nombre era el suyo. Dentro del “supuesto grupo control”, había insertado algunos familiares y sus propios estudios. El suyo fue el que resalto. 

Cualquier psicópata normal como... pues … como yo hubiera roto el estudio y o lo hubiera escondido o borrado el nombre con liquid paper, hubiera escrito el nombre del jefe de la clínica y bien, pues ningún daño hubiera salido … la vida continua, con el jefe en el manicomio, pero sigue. Fallon hizo lo contrario:  lo contó al mundo, incluso hizo un TED Talk al respecto y se entrevistó con varios medios.  

Ahora es cuando corresponde explicar quién es él. Un hombre de estudios, un hombre felizmente casado con una familia funcional, pero con patrones anatómicos que lo ponen en la misma tómbola de psicópatas y asesinos seriales.  

“Nunca he matado ni he violado a nadie”, dice el Dr Fallon. “Tal vez los estudios o la hipótesis que tenía son incorrecta o iba por un camino equivocado.” 

Ah verdad... ahora sí... al principio muy Uyuyuy y al rato, yo no fui, yo no supe, yo no vi nada, yo no tengo... pero al principio muy sacalepunta y muy acá pues que que que! Así es que ya mas envalentonado se incluyó en otros estudios. Así como cuando te auto inscribes en AA o en un grupo de optimismo de los sábados o al coro de la iglesia. 

Se hizo una serie de pruebas genéticas que le trajeron malas noticias. “Tenía todos los alelos de alto riesgo para agresión, violencia y baja empatía. Genéticamente era un psicópata.” Al final, después de análisis, estudios, cálculos, después de leer las biografías de algunos presidentes, ver en la televisión a Dexter y Psicópata Americano, así como algunos capítulos de Plaza Sésamo donde aparece el monstruo come galletas, no le quedó más que aceptarse como Psicópata... pero de los buenos, de los llamados Psicópatas pro-sociales. Son personas que tienen dificultad para sentir empatía por otros, pero mantienen su comportamiento dentro de los estándares socialmente aceptados.   

Al parecer no fue del todo una sorpresa. Clásico que te dicen... Pues es que fíjate que eres psicópata... ¿no sospechabas?  

“pues … que te digo... si... algo... es de que en la familia hay siete asesinos, incluida la tía Lizzie Borden que asesino a su padre a su madrastra en 1892... pero ya sabes cómo era”, contestó Fallon.  

Así es que hay salvación, mi querido oyente. No todo psicópata mata, algunos, como Fallon, identifican otro tipo de psicópatas, más positivos, más científicos, tranquilos, no violentos, estables y exitosos en las ciencias. El Dr. Fallon se autoproclamó como un Determinista Genético, pero se dio cuenta de que hay mucho del comportamiento aprendido que hace que no se detone la predeterminación genética. Cree que su infancia le ayudo a evitar el camino aterrador para no terminar en la cárcel. “fui amado y protegido”. La atención de sus padres por abortos espontáneos previos a su nacimiento hizo que lo cuidaran en exceso.  

Finalmente está el factor “estás viendo y no ves” o lo que en términos científico-mágico-religioso-musical es: El libre albedrío. Desde que Fallon descubrió su predeterminación está haciéndose más consciente de lo que es “correcto” y piensa más en los sentimientos de otras personas. Cuando juega dominó con sus amigos no pone cerca el cuchillo de la botana y evita cortar el césped por no usar tijeras de jardinero afiladas. “Alegre el indio y le dan maracas” dice el dicho.  

Así es que la novela termina en que el psicópata no mató a nadie... si, un poco aburrida, sé que no esperabas esto... lo siento. Pero también termina en que una predisposición genética puede ser manejada, controlada o incluso cambiada.  

Una predisposición genética como la de Fallon puede corregirse con un entorno positivo desde pequeño. Así es que sea genética o adquirida, impuesta o autoimpuesta incluso real o irreal, hay ideas que llevas cargando durante años porque alguien te las colgó. ¿Recuerdas cuanta gente te dijo durante tu vida: “Tu eres así y no hay nada que hacer”?Pues que crees. Que si, al final, si hay algo que puedas hacer. 

Por el contrario, si a Fallon le hubieran dicho desde pequeño: Tú serás un psicópata, seguramente no habría logrado liberarse su condena genética. ¿Cuántas veces te dijeron “tú nunca lo lograrás” o “De verdad estás loco”? ¿Cuántas veces se lo has dicho a un niño? 

Recuerdo una maestra que le dijo a mi amigo “Tu eres el anticristo” y... bueno, en ese caso es probable que si lo fuera... pero me desvío.. ¡El caso es que no se lo debió de haber dicho! Genética o no genética, tu eres el piloto, maneja tu vida y lleva el vehículo a donde quieres. A mí, alguna vez me dijeron “con ese acido sentido del humor, no vas a llegar a ningún lado...” y mírame... aquí estoy, viviendo del sarcasmo.  

 

  

Las tandas, probablemente lo que más une a la gente de una oficina. El recolectar dinero 

Una persona resguarda las contribuciones de un grupo de forma semanal, quincenal o mensual. Con un sorteo se genera una lista para que el dinero recolectado por todos sea entregado hasta que a todas las personas les ha tocado. Es un sistema de ahorro basado en la comunidad y la confianza. Eso es una tanda, indica W Radio. Es probablemente, la necesidad económica, lo que más en común tienen los colegas de una oficina... bueno, eso y hablar mal del jefe...  

http://wradio.com.mx/radio/2017/10/09/economia/1507556141_198730.html 

 

 

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Gracias. 

  

 

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Bien, ya se acabó esto.. Ya era hora... si, que ya se acabó.  

No , no voy a grabar otro episodio. 

Mañana, tal vez, 

 Tu tampoco me tienes que decir cuando grabar y cuando no. Primero hay que leer, que escribir que grabar hay mucho trabajo. 

No, no voy a guardar mi ropa ahora... 

¿las manos? Me las lavé... no tienen gérmenes, mira... 

Pues por muy pequeños y chiquitos que sean no están ahí, me lavé con un jabón antibacterial. 

No, yo no los escucho... tú los escuchas? ¡Bien! ¡Está bien! ¡YA! Tal vez deba lavarme las manos. 

Esas voces... esas malditas voces... ya me tienen harto de que me digan que hacer, que no hacer, que grabar, que no grabar, como si ellos supieran mas que yo.  

 

 

Tú estás loco, yo estoy loco, él está loco, todos estamos locos... en fin y así te sigues. Si caminas por la calle o por el metro o en la escuela o en la oficina, si vas señalando a la gente y diciendo quién está loco entonces tienes que oír este episodio.