“La ignorancia engendra confianza con mayor frecuencia que el conocimiento”, decía Charles Darwin. ¿Te has topado con gente que sabe muy poco de un tema pero que cree que sabe muchísimo? Es un sesgo cognitivo que sufren muchos, tal vez incluido tu. Creer saber, pero sin saber. Cuando los tontos se creen listos.
La realidad es la verdad, lo efectivo y con valor práctico. En contraposición con lo fantástico e ilusorio;
Lo absurdo es extravagante, irregular, irracional, disparatado, opuesto a la razón. chocante y contradictorio.
Bienvenido a Azul Chiclamino. La realidad de lo Absurdo. Yo soy Rodrigo Llop y yo te cuento.
Es más peligroso un poco de conocimiento que la ignorancia total. ¿Lo habías escuchado antes? Yo tampoco, pero poco a poco hace sentido. Más de una vez he tenido un jefe que no sabe de qué habla, pero lo hace muy bien. Hablar, me refiero... confundir o más bien convencer de que sabe algo que en realidad desconoce por completo. Seguramente te ha pasado de alguna forma. Tú tienes un conocimiento avanzado en algo. Si escuchas Azul Chiclamino, es porque tienes una capacidad cognitiva por arriba de la media. Pero en tu área de especialidad estas, probablemente, muy por encima de la media. Digamos por lo menos entre un 70 y 80% del top, -considera en un 100% alguien que conoce a profundidad bien tu materia, un experto o un estudioso, un académico o casi casi un premio nobel. Un Sheldon, pues.
No importa si ese conocimiento es en materia de ciencias –física, química o biología. No importa si son ciencias sociales –literatura, periodismo... lo que sea. No importa si son los profundos conocimientos de los videojuegos. Conocer la totalidad del ir y venir de los laberintos y la complicada combinación de teclas, para disparar, saltar, brincar, matar. O la forma en la que se puede sobrevivir un apocalipsis a un virus recién aparecido o incluso el conocimiento culinario del perfecto pastel. Un conocimiento es un conocimiento, pues. Bien, pues por regla general te encontrarás a alguien que te explicará, ¡a ti! ¡Un experto! Cómo resolver mejor un problema en tu área de pericia, convencido. Te lo dirá e incluso, por un momento, tal vez puedas creer que, si es un experto, hasta que te des cuenta de lo contrario. Facundo Cabral los llama Pendejos optimistas, que creen que no son pendejos.
Bien, pues los psicólogos David Dunning y Justin Kruger encontraron este patrón y lo llamaron... si... adivinaste: Efecto Dunning-Krugger. ¿Qué esperabas? ¿Que lo llamaran "Efecto no sé nada, pero pienso que sí y actúo de forma convencida de que soy un experto”? Pues no, optaron por un término menos claro, pero más universal. Es en realidad la incapacidad de reconocer deficiencias cognitivas en el propio conocimiento, indica Britanica.
Esto es así. El no saber nada de un tema hace que uno se comporte completamente ignorante, sin embargo, un conocimiento mínimo hace que esa persona tenga la confianza en mostrarse como experto en el tema. “La ignorancia engendra confianza con mayor frecuencia que el conocimiento”, decía Charles Darwin. Entiéndase, ver un video en Youtube sobre el conflicto en Medio Oriente o leer un artículo sobre el calentamiento global o incluso viendo un mensaje en Twitter o Facebook sobre #MeToo- Aquí es donde radica el peligro de la generación Wikipedia. Si, es un modo rápido de saber que es “algo”. No... sus fuentes no son siempre confiables. Y por supuesto no... no te vuelves experto en algo de la noche a la mañana simplemente por leer Wikipedia. Y no, no es critica a las nuevas generaciones. Nos pasaba con lo que leíamos en el Selecciones o en el Muy Interesante, la literatura de toilette, como le llamábamos de forma elegante antes de que los celulares invadieran.
https://www.britannica.com/science/Dunning-Kruger-effect
Dunning y Krugger escriben en 1999 "No aptos e ignorantes: cómo las dificultades para reconocer la propia incompetencia conducen a autoevaluaciones infladas", un artículo en el que prueban las habilidades de cuatro grupos de adultos jóvenes en tres dominios, indica Britanica: El humor, lógica (razonamiento) y gramática. Los resultados fueron Fantásticos, respaldando sus predicciones:
"Las personas incompetentes ... sobreestimarán dramáticamente su capacidad y rendimiento en relación con los criterios objetivos", que "serán menos capaces ... de reconocer la competencia cuando la vean" (ya sea propia o ajena). "Serán menos capaces ... de comprender su verdadero nivel de desempeño" al comparar su propio desempeño con el de otros; y, paradójicamente, que pueden mejorar su capacidad de reconocer su propia incompetencia volviéndose más competentes, "proporcionándose a sí mismos las habilidades metacognitivas necesarias para darse cuenta de que se han desempeñado mal".
Es decir, el incompetente cree que es MUY competente, no reconoce su incompetencia con respecto a los demás volviéndose aún más incompetente.” ¿Me sigues?
Así es que el jefe tiene una junta con los expertos que hacen, digamos, los análisis profundos de una decisión a tomar: inversiones, compras, decisiones importantes en una organización privada o gubernamental. En menos de 30 minutos –porque el jefe tiene prisa de ir con su jefe- recibe y procesa toda la información que un equipo de 5 expertos ha estado desarrollando durante meses. Es tal su nivel de confianza con la información que recibió que con aplomo de líder y sintiéndose un verdadero un estadista, toma unos cuantos papeles y documentos, los coloca debajo de su brazo y marcha con seguridad, lo comunica con confianza. Sucede una de dos cosas. Uno: Su jefe, sabe aún menos por lo cual la junta es un éxito de ignorantes. Dos, su jefe sabe más y la junta es un desastre, desmintiendo todo lo que dijo. A diferencia de los imanes, los polos ignorantes se atraen... lo más probable es que suceda el número uno. Ambos inexpertos no calificados, se dan la mano y se felicitan de haber tomado la decisión menos documentada de la historia.
Lo mismo sucede con el tío Pelayo. Déjame contarte que tiene tal nivel de confianza en lo que escucho en la barra de una cantina que es capaz de convencerte tanto que el tequila es un alimento indispensable para la dieta del hombre como de la certeza de que bañarse en cerveza elimina toda posibilidad de contraer coronavirus, de ahí el nombre. No es, en este caso la información o el conocimiento si no la certeza con la cual se explica.
¿Quieres otro ejemplo? Basta ver unos 10 minutos –si es que aguantas- Fox News para darse cuenta de que un mínimo de conocimiento puede hacer que alguien se crea experto en materia de... ¡de lo que sea! ¿me sigues?
Y ejemplos hay miles, la cosa es que el mundo está lleno de expertos instantáneos porque tenemos “todo el conocimiento en nuestras manos”, con una simple guguleada, puedes hacerte experto en todo. Y aquí es donde entra la importancia de no depender [para todo] de la información de Internet. El ser experto, a find e cuentas, si paga.
Entonces, si hablamos de Incompetencia, creo que no hay mejor lugar para encontrar un grupo de control que en... la política. Y el problema es que cada X años -dependiendo de tu país- nos topamos con la incógnita de quien elegir para gobernar. La pasarela de personalidades comienza y, como en entrevista de trabajo, seguimos los discursos de cada uno. Seamos honestos, tal vez, pedazos, trozos o frases de algunos discursos. En ellos, los candidatos nos explican cómo resolverán los problemas del país, en ocasiones de una manera tan clara, certera y convincente que elegimos a nuestro candidato, marcando una enorme X en la boleta.
Pasan los días, las semanas, los meses y los años y la política ejecuta todo, menos soluciones. ¿Porqué? Alguien tiene un puesto que nunca había tenido. Cero años de experiencia para resolver problemas que requieren un gran conocimiento. En muchos países, incluso, los gabinetes completos son reemplazados cada tres, cuatro o seis años, eliminando cualquier posibilidad de crear experiencia o conocimiento: el sistema profesional de carrera no existe por amigismos y detractorismos. El que llega es amigo y el que se va es detractor. ¿Te imaginas tomando las decisiones así en materia de salud? Tal vez te opere alguien que tiene la suficiente confianza como para venderte la idea de que es el mejor cirujano cuando solamente leyó un artículo en la revista “Ciencia para jóvenes”.
La ironía del Efecto Dunning-Kruger es que, "el conocimiento y la inteligencia necesarios para ser buenos en una tarea son a menudo las mismas cualidades necesarias para reconocer que uno no es bueno en esa tarea, y si falta tal conocimiento e inteligencia, uno permanece ignorante de esa incapacidad ", señala el profesor Dunning a través de un artículo de la Universidad de Michigan.
Lo curioso es que siempre, siempre me topo con gente así. pero a veces me pregunto... ¿Cuándo soy yo el un erudito ignorante, protagonista en el efecto Dunning-Krugger? No lo sé. Tal vez en el café.
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- “Yo creo que debió haber sido... no sé... 1987-88 o algo así. Hacía algunos años que fue el temblor en la ciudad de México, el grande... el de 1985 y los protocolos de protección civil empezaban a ser una realidad. Así es que con mis amigos, me inscribí en escuadrón de primeros auxilios. Nada más de ver las diapositivas –que en aquel entonces era el carrete de fotografías proyectadas en la pared- me salí a vomitar. No pude... así es que me inscribí en el de bomberos. Aprendimos a usar mangueras y extintores, a apagar incendios... Muy divertido. En fin. El primer simulacro. Sonó la alarma, una sirena que la mitad de la escuela no escuchó. Así es que un amigo y yo propusimos cambiarla de ubicación: en vez de que suene hacia el patio, que suene hacia los pasillos del edificio y retumbe en todos los salones. Y mi amigo y yo nos ofrecimos a hacer el cambio. Y así lo hicimos. La cambiamos y le dimos mantenimiento, la aceitamos y la cambiamos. “
- “Que buena historia....”
- “Bueno, más o menos... Porque en realidad el meternos a los escuadrones era para saltarnos clases... parecía que sabíamos lo que hacíamos pero no teníamos ni idea, pero nos preguntaban cómo hacerlo. Claro, respondíamos como si supiéramos, la gente estaba tranquila y confiada de que nosotros haríamos en caso dado de que hubiera una emergencia. Pero la cosa se puso peor. Yo conseguí un desarmador y desarmamos la sirena. Le dimos mantenimiento, claro... con aceite de cocina que conseguimos de la lonchería... la recolocamos y no quedó muy bien que digamos... hicimos pruebas y vibraba de tal manera que parecía que iba a explotar. Así es arriba de la escalera, mi amigo me dijo... listo, ya está.”
Yo le dije. “¿Espera, te faltan estos tornillos?”... después de una carajada de ambos, me dijo, “a ver, préstamelos...” los tomó, los vio,… los lanzo por el balcón a la calle y me dijo “¿Cuáles tornillos?
...Creo que es el mejor ejemplo de un Dunning-Krugger... entendiste?