Nos encantan. Los idolatramos. Los vemos en la tele y les pedimos su autógrafo... (ya me balconeé). Les pedimos una selfie. Queremos ser como ellos y para ello, queremos estar a su lado. Nos cobijamos debajo de su sombra y nos iluminamos con su luz, pero, ¿de qué están hechos los campeones? Déjame explicarte como es el cerebro de los ganadores.
La realidad es la verdad, lo efectivo y con valor práctico. En contraposición con lo fantástico e ilusorio;
Lo absurdo es extravagante, irregular, irracional, disparatado, opuesto a la razón. chocante y contradictorio.
Bienvenido a Azul Chiclamino. La realidad de lo Absurdo. Yo soy Rodrigo Llop y yo te cuento.
¿Qué es un ganador? ¿Quienes son los más grandes ganadores de la historia? Pienso en seguida en Michael Jordan, en Pelé, en Mohamed Ali. Los atletas más grandes que hayamos visto alguna vez. Muchos sitios de internet coinciden. Hay nichos por ahí. Dhyan Chand es considerado el mejor jugador de Hockey sobre pasto de la historia. ¿Funny Fact? El Fuhrer estaba tan impresionado con su forma de jugar que le ofreció un puesto de coronel en el ejército Nazi... el cual declinó. No puedes negar que no existe dato más curioso que aquel que incluye al Fuhrer... Bueno, tal vez solo si incluye al Fuhrer y a Mel Brooks. En fin, las autoridades holandesas rompieron una vez su bastón de hockey, para ver si tenía un imán dentro porque no podían explicarse cómo era que la pelota se “pegara” a éste.
El tema es que el hockey no es tan conocido como para que sepamos de Dhyan Chand. ¿Quién es el más ganador entonces? ¿Quién ha ganado más títulos? ¿Quién es más reconocido mundialmente por una votación popular? ¿Quién tiene más Oscars, Grammys, Emmys, Arieles, Goyas? ¿Quién ha ganado más guerras? Que, desde mi punto de vista, en la guerra, quien más gana es el más perdedor... Anyway... Según Sports Show, el deporte más visto del mundo es el futbol (si... soccer... el otro futbol, el futbol americano, en realidad no debería ser futbol, debería ser Throwball o Runball). Pues el futbol cuenta con tres mil quinientos millones de espectadores. La mitad de la población mundial. ¿El segundo? El cricket con dos mil quinientos millones de personas. “¿Oye Rodrigo...?”. Si, si, lo sé...Déjame contestarte. Piensa en India, Paquistán, Sri Lanka, Bangladesh, Australia... Pues las colonias inglesas, básicamente... ah, e Inglaterra. En tercer lugar, sí que está el basquetbol, pero enseguida, en cuarto lugar, está el Hockey sobre pasto con dos mil y dos mil doscientos millones de espectador respectivamente. Casi al mismo nivel se encontraría entonces Dhyan Chand que Michael Jordan. ¡Así de fuerte! Imagina que del otro lado del mundo, un niño sueña con unos tenis Chand y no unos Jordan. #baiabaia. No cabe duda de que hay otro mundo distinto al occidental allá afuera.
https://sportsshow.net/greatest-field-hockey-players/
https://sportsshow.net/top-10-most-popular-sports-in-the-world/
http://www.espn.com/sportsnation/feature/index/_/page/greatestofalltime
https://www.statista.com/chart/14646/fifa-world-cup-final-tv-viewership/
Y juegos hay muchos. Otro es el de los negocios. ¿Quiénes son los ganadores para ti en este juego? ¿Bill Gates? –nuevamente el más rico del mundo, ¿Jeff Bezos de Amazon? ¿Warren Buffet?, ¿Amancio Ortega de Zara? Entonces no es el ganador quien salta más alto, quien corre más rápido, quién se echa la mejor machincuepa o quien “bastonea” más cañón una pelota de hockey sobre pasto. Es quien acumula más riqueza. ¿Es correcto? Para Richard Branson, Jeff Bezos y Elon Musk, gana el que despegue antes, el que salga a órbita antes y el que llegue a Marte antes. El juego es otro y así te sigues... ¿Es más ganador un empresario que un deportista que un músico? Un vagabundo quien entendió el valor de “la nada”, quien no se acongoja por las posesiones y vive más libre que todos ellos ¿es un ganador o un perdedor?
¿Qué es necesario para ser un ganador? Es necesario desglosar al puro estilo de Quincy, hacer un análisis forense del ganador, empezando por el cerebro. Si, en efecto, para ser un ganador, es necesario tener uno. Se pensaba que el cerebro era una computadora rígida, pero no es así. En realidad, es muy diferente a ello. Hemos aprendido que el cerebro tiene la capacidad de “recablearse” o “reordenarse” creando nuevas conexiones en respuesta a nuevos conocimientos o experiencias. A esta capacidad se le conoce como plasticidad cerebral, indican Jeff Brown del Harvard Medical School y Mark Fenske de la Universidad de Guelph en Ontario, Canadá.
Dentro de todo proceso de éxito, es necesario establecer “la meta”, lo cual es lo más sencillo. Es establecer lo que te haría feliz o visualizar como te gustaría ser. En una carrera no más basta tener buena vista para ver la bandera a cuadros, cerrar los ojitos a media asta como si estuvieras viendo al atardecer y correr pa donde apunte el huarache. Simplemente decir “yo quiero eso” o “quiero ser así” o “en esa cola si me formo”... saber que quieres, pues. Lo complicado es lograrlo o llegar. Brown y Fenske sugieren hacer un mapa con las etapas para llegar a esa meta. El tema es la motivación consiguiéndolo, como diría Luis Fonzi, paso a pasito, suave suavecito... de-pa-cito... El Dr. Mihaly Csikszentmihalyi del Claremont Graduate University lo describe como el “flow”... como diría el capitán Güarniz, fluir. Los creativos, en particular los músicos, son expertos en el fluir. En rolarla y en fluir... Basta ver un músico de jazz fluye con la improvisación.
El siguiente paso es el foco, y no necesariamente el que alumbra. Estudios de la Universidad Vanderbilt descubrieron que el multitasking no es tan eficiente. Quien desarrolla dos tareas, crea cuellos de botella en el procesamiento de la información. La parte del cerebro que toma decisiones, la corteza prefrontal lateral posterior, retrasa una tarea hasta que se complete la otra. Un experimento en un grupo de hombres se analizó que el 75% no eran capaces de caminar y masticar chicle al mismo tiempo.
Probablemente uno de los aspectos que más me sorprendió de este estudio fue la utilización de la memoria, pero más como una herramienta para anticipar o preparar el futuro y no para recordar al pasado. Como aplicar las lecciones aprendidas. ¡Quiubolé! Incrementar la eficacia y la confianza en tomar decisiones. El estudio se hizo con taxistas en la ciudad de Londres. La repetición de tareas incrementa el tamaño del hipocampo, encargado de la navegación espacial. Lo mismo sucede en músicos. La práctica hace al maestro... Aunque también la credencial del SNTE, la aportación al jefe sindical y por supuesto el saco de pana y el gis en las manos hacen al maestro... en fin.
Otros factores incluyen el cuidado del cerebro como el dormir bien y descansar, la alimentación y el ejercicio... y por supuesto un poco de buenos pensamientos como sesiones de una hora diaria de los cariñositos, indican en su libro The Winner's Brain: Eight Strategies Great Minds Use to Achieve Success.
https://www.health.harvard.edu/newsletter_article/cultivating-a-winners-brain
Forbes se aproxima de otra manera.
No confíes plenamente en tu talento. Igual que el galán sin verbo no es nadie, el talentoso puro no conquista a la chica. Las agallas, el coraje, la determinación son más importantes según Angela Duckworth, University of Pennsylvania. Ella lo define como pasión y perseverancia. La mejor forma de salir delante de la adversidad es mantener el foco. A diferencia del coeficiente intelectual, se puede incrementar la determinación.
Generar inercia con pasos pequeños. En su libro The Momentum Effect: How to Ignite Exceptional Growth, J.C. Larreche profesor de Marketing del INSEAD, explica que no es que los ganadores tengan suerte, son inteligentes. Evitan la pasividad. No se topan con la ola para montar, si no que la crean. Pasito tun tun como en la risa en vacaciones... A veces no es complicado crear una visión, pero si lo es confiar en tu visión. Y finalmente, tomar acción. En un profundo lenguaje científico le llamamos el síndrome del zopilote estreñido: planeas y planeas, pero no obras nada.
https://www.forbes.com/sites/forbescoachescouncil/2017/09/22/five-ways-to-develop-a-winning-mindset/#26b9dc84ca2a
Son dos visiones en las que me baso, una científica y otra de negocios para entender la mente del triunfador, pero ambas hablan casi casi de lo mismo. Ambas deconstruyen arquitectónicamente la mentalidad de un ganador, de un campeón, de un líder, de un exitoso en.... ¡En cualquier ámbito! Llevo semanas pensando en esto, sobre todo, mi obsesiva mente lleva un mes enganchada en dos preguntas. Primero, ¿Qué te hace ser un ganador? Segundo, ¿las ovejas cuentan humanos para dormir?
La primera vino después de ver la docuserie de Netflix “The last dance”, que se mete en la vida de Michael Jordan, el mejor jugador de la NBA. Todos estos puntos me remontan a un checklist de su personalidad. La meta, el talento aunado a el aprendizaje, pasito a pasito y brincote a brincote... una visión clara de la victoria y sobre todo, tomar acción ya. Saberte ganador, motivarte, fluir. ¿Por qué es tan complicado entonces ser el ganador? Por eso... ser el ganador según las reglas de los demás puede ser difícil para muchos. Para unos, ganar es acumular más trofeos, para otros es acumular más riqueza, para incansables académicos e intelectuales, ganar es acumular más conocimiento. Yo voy por la mentalidad del niño, mi yo interno me lleva a lo más básico. Ser un ganador es eso, si... pero también otras cosas más importantes que una medalla que solamente alimenta el ego. Quien gana es quien se divierte más, quien juega más y sobre todo quien se ríe más sin romper las reglas. Es así de sencillo. Ser ganador no es tan complicado si la meta es ser feliz, divertirte, hacer el bien y fluir...
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