EP#186: La curiosidad mató al gato

En realidad, no tengo un talento en particular, la cosa es que soy pasionalmente curioso, decía Albert Einstein. Y me pasa algo similar. Solo que yo soy absurdamente curioso. Por ejemplo. Una de las preguntas más hechas a Google es “¿Que es el tiempo?”. Igual si creo saberlo, pero también sé que lo he preguntado a un filósofo, a un científico, a un religioso y a Google por supuesto. Lo que es cierto es que la curiosidad mató al gato... Si lo sabías... ¿no? 

 

La realidad es la verdad, lo efectivo y con valor práctico. En contraposición con lo fantástico e ilusorio; 

Lo absurdo es extravagante, irregular, irracional, disparatado, opuesto a la razón. chocante y contradictorio.  

Bienvenido a Azul Chiclamino. La realidad de lo Absurdo.  Yo soy Rodrigo Llop y yo te cuento. 

  

¿Porque nos unos colores combinan y otros no? 

¿Porque son tan fuertes las hormigas? ¿Porque necesitan tanta fuerza? 

¿Porque nos gusta el picante? 

¿Porque nos gusta asustarnos? 

¿Porque los gatos tienen 9 vidas y porqué son tan curiosos? 

¿Por qué unos sabores combinan y otros no? De las cosas que más me sorprenden, es el sabor del chocolate amargo combine con el queso Roquefort. ¿No me crees? Pruébalo. No entiendo cómo es posible... 

 

¿Porqué? 

 

Vi el reloj y me di cuenta de que había pasado media hora y no me di cuenta… no me extraña, la verdad. Es algo bastante normal. Me sucede con frecuencia. Me voy, me pierdo, se me va la mente en el “¿Por qué?” 

 

Siempre fui muy imaginativo, soñador, curioso… pero en casa había un espacio particular para las preguntas cuando era niño. Muchas veces, la respuesta ante una pregunta de ese tipo era “búscalo”. Esos tiempos donde no había Internet, no había Wikipedia, no había ni siquiera Encarta. Teníamos que correr al librero, buscar en la extraña clasificación de las palabras de la enciclopedia y leer. 

Hoy en día, cuando hay una disputa en Navidad, aún se ejecuta ese ancestral ritual de buscarlo en una enciclopedia.  

“¿De dónde vienen las ovejas merinas?”, pregunta todos los años mi tío. La enciclopedia lo dice. Todos los años, todas las Navidades leemos e investigamos sobre las ovejas merinas. Ponemos a competir diferentes historias –en realidad la misma siempre- y aprendemos mucho –en realidad siempre aprendemos lo mismo.  

¿Porque somos curiosos? 

Sin la curiosidad no habría tantos avances en ciencia, tecnología, en pensamiento, en civilizaciones…  

https://knowledge.wharton.upenn.edu/article/makes-us-curious/ 

La curiosidad es algo que tenemos muy dentro, indica Mario Lavia, astro físico israelí-estadounidense. Por un lado, existe la denominada Curiosidad Perceptiva, la que sentimos cuando algo nos sorprende, cuando algo no concuerda con lo que sabemos o creemos saber.  Es la picazón que hace que te rasques: es desagradable y adversa, a veces es contagiosa y otras veces, cuando se asienta en la zona BLEEP, llega a ser dolorosa y apestosa... diiiiicen.  En fin, averiguamos para aliviarla. 

Por otro lado, está Curiosidad Epistémica. Esta crea un estado placentero e impulsa toda investigación científica, incluso el arte y la educación, concluye Lavia.  

 Conclusión, la curiosidad está enclavada en las emociones también: No saber algo, puede ser incomodo o molesto; por otro lado, saber algo nuevo puede ser agradable y placentero. ¿Quiubole?

 

Pero algo pasa en el cerebro cuando tenemos curiosidad. Podemos ver en un MRI partes del cerebro que se activan en las personas curiosas. Son similares a las asociadas con el hambre o la sed... Vaya... al final, no es que la curiosidad nos haga tomar un litro de cerveza... que a veces si sucede y nadie sabe porqué, pero si el concepto de “Sediento por el conocimiento” es real y hace sentido y por eso saciamos la curiosidad, como la sed misma... la relación entre la cerveza y la curiosidad... ¿será? Como diría Hunter: “Funciona para mí”. Sin embargo, el aprendizaje –que es distinto pero similar a la curiosidad- enciende otras partes del cerebro, enfocadas a la recompensa, algo así como esperar en el teatro a que se abran las cortinas o cuando los vecinos de enfrente comienzan a dar su show aventándose cosas.  Esa recompensa de esperar todas las semanas, abrir tus palomitas, y comenzar a disfrutar el show de florerazos... y más en tiempos de encierro y pandemia.  

¿De dónde viene la curiosidad? Es probablemente un concepto evolutivo, indican los investigadores. Una necesidad de sobrevivir. Necesitamos entender nuestro entorno para manipularlo, administrarlo y salvaguardarnos... para sobrevivir. 

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 ¿Cómo incentivar la curiosidad en los niños? Enseñándoles cosas en las que ya están interesados para saciar esa sed de curiosidad y para mostrarles que toda pregunta tiene una respuesta en el mundo –y la que no, bueno, pues para eso está la religión...  Se empieza con sus intereses y no necesariamente donde “la historia” comienza, porque pude no ser interesante el inicio, indica Wharton. Por ejemplo, comenzar con los dinosaurios, en vez de comenzar con la creación del universo que lleve a los dinosaurios; Comenzar con Lego o con crayolas en vez de comenzar explicándoles cómo se producen o fabrican los legos y las crayolas. Comenzar con las abejas y las flores antes de comenzar con la seducción... Ya lo aprenderán después cuando la picazón de la curiosidad se despierte con las hormonas en zonas medias del cuerpo.  

 https://knowledge.wharton.upenn.edu/article/makes-us-curious/ 

Así es que la curiosidad es la madre de todos los bienes de la humanidad, ¿qué pasa con los males entonces? La frase “la curiosidad mató al gato” data de 1598 y tenía la intención de detener a alguien de esas preguntillas que no debías preguntar. Y hacía referencia, tanto a las 9 vidas que tienen los gatos como al hecho de que los gatos siempre se meten en problemas por su curiosidad. La curiosidad nunca ha sido bien vista a través de la historia. ¿No fue Eva la que por curiosa nos metió en este gran problema del pecado? Estaríamos viviendo en el paraíso en este momento todo por la curiosidad del primer mandato oficial. Incluso San Agustín escribió en el año 297 AC que antes de crear el cielo y la tierra, Dios diseñó el infierno para los curiosos, siempre se meten en problemas. Hmmmm... me suena... esa curiosidad que tengo y siempre me meto en problemas ¿estaré condenado yo al mundo de las tinieblas? Hmmmm... otra de mis preguntas curiosas. En los años 1600s, Thomas Hobbes, filósofo, describió la curiosidad como “la lujuria de la mente” y aunque sé que pretendía señalar y alejarnos de la curiosidad, a mí me encanta el término... “la lujuria de la mente” ... jajajaja. Blaise Pascal dijo que la curiosidad era “solamente vanidad”.  

 

https://www.bloomsbury-international.com/student-ezone/idiom-of-the-week/1418-curiosity-killed-the-cat/ 

 

Pero algo muy cierto hay en la historia de la humanidad. Toda la invención, los avances vienen de la curiosidad. Es la chispa, la ignición, el inicio de todo. Desde la creación de un fuego hasta la invención máquinas inteligentes que puedan pensar por sí mismas, siempre hubo una pregunta de por medio que alguien decidió contestar.  

 

Pero déjame contarte algo fantástico sobre la curiosidad. Algunos científicos se preguntaron –por curiosos- que tan seguido los niños hacen preguntas. La recursiva curiosidad sobre la curiosidad...  el bucle eterno como el OIuróboros, la serpiente que se come a si misma... Bien pues resulta que los niños hacen 107 preguntas POR HORA... El tema es que las escuelas no están diseñadas para fomentar la curiosidad, y por ello, la creatividad cae indica Ness Lab. 

 

https://nesslabs.com/science-of-curiosity 

https://www.jstor.org/stable/pdf/30163594.pdf?seq=1 

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/17394580/ 

 

La NASA hizo un experimento ¡FAN-TAS-TI-CO! Intentando contratar gente creativa. Así el Dr. George Land creó una prueba para medir la creatividad potencial. Crearon una forma de medir el pensamiento divergente o la habilidad para ver un problema en particular desde diversos puntos de vista.  

 

La prueba se aplicó a 1,600 niños a diferentes edades: 5, 10, 15... La primera vez 98% resultó con alta puntuación. A los 10 años, los mismos niños puntuaron con un 30% y 5 años después puntuaron como sobresalientes solamente el 12%. 

 

 

Cuando la prueba se hizo a adultos, solamente el 2% puntuaron alto en la escala de creatividad. ¡2%! El incremento en nuestro conocimiento decrece la curiosidad. Una falsa correlación sería que mientras menos pelo menos curioso, es decir, una correlación directa con la calvicie, pero en realidad no es así. Conocimiento, arrogancia, desinterés... la edad mata la curiosidad y después la curiosidad mata al gato, ergo, la edad mata al gato, lo cual, quitando camiones, coches y caidas de arbol, es cierto.   

El estudio llevó a tres conclusiones: 

  1. La curiosidad te mantiene joven. (¡Mírame a mí!). Mantener un sentido de asombro a lo largo de la vida ayuda a mantenerse joven. (mírame a mí...!) El verdadero super poder del Chavo Ruco. Es más, la curiosidad incrementa la expectativa de vida en 5 años... ¡5 Años! (¡Esto es real!). 

  1. La curiosidad te ayuda a aprender: Mientras más curiosidad tienes sobre un tema más recordación habrá.  

  1. La curiosidad fomenta mejores relaciones: Interesarse genuinamente en otras personas genera relaciones solidas. Más intimidad y lleva a relaciones significativas. Pero ojo, aquí no hablo sobre la curiosidad llamada Voyerismo... esa crea malas relaciones, incluso crea órdenes judiciales para alejarse.  

 

https://nesslabs.com/science-of-curiosity 

 

 

 

Así es que saber, avanzar, crecer, moverse es resultado de la curiosidad. La curiosidad genera conocimiento y conocimiento es poder. Por ello se controló tanto la curiosidad. Las iglesias –y aquí es muy claro dividir lo que es la iglesia de la religión-, durante siglos han desincentivado la curiosidad controlando el conocimiento. Quemar el conocimiento elimina la curiosidad como lo hicieron los nazis y destruir la historia es controlar el conocimiento. ISIS y el Talibán destruyó obras históricas y obras de arte. Al final se prohíbe la curiosidad y se controla a la gente. La curiosidad entonces nos hace muy poderosos. Quien tiene curiosidad tiene una gran ventaja sobre los demás... pero curiosidad de la buena, no de la mala que es estoquear en redes sociales o seguir a un o una ex para ver en qué pasos anda. Recuerdo los libros que de niño alimentaron mi curiosidad. Una serie de libros llamada “Como funciona” de Disney. Ahí aprendí cómo funcionaba el horno, la estufa, los coches y el arado. “Los grandes inventos del Sr. Humanidad” presentado por Topo Gigio Oye Raulito, quiero decir Rodriguito... SI, SI... GIGIO. SI... Me enseñó cómo funcionaba el avión. Y finalmente, las revistas de Cantinflas Show, una adaptación de la serie de televisión donde aprendí sobre Edison, Cleopatra y Napoleón. Y pensar que todo empezó con un “¿Porqué?” 

 

 

Por cierto, el origen de las ovejas merinas es incierto. Es probable que venga de los cobradores de impuestos del reino de León, merinos quienes cobraban diezmos en lana, cecina y queso. Pero su origen es el norte de África... la cosa es que nadie sabe... 

 

 

 

 

¿Por qué las manzanas son rojas? 

Porque quieren que los animales, pájaros e insectos las vean 

¿Porqué? 

Porque así se las comen 

¿Por qué? 

Porque se tragan las semillas 

¿Por qué? 

Porque no las escupen y así las hacen popo 

¿Por qué? 

Porque así la semilla, junto con la popó y la lluvia son absorbidas por la tierra 

¿Por qué? 

Porque así crece otro árbol 

¿Por qué? 

Porque así lo quiso Dios. 

Ah... hubieras empezado por ahí...