El ABC del Storytelling

¿Existe una fórmula para el storytelling? ¿Una especie de ‘ABC del storytelling’?

Sí, podrás leer muchos libros sobre cómo se cuentan las historias, libros de literatura, teatro, cinematografía, cuento.

Podrás escuchar muchas teorías y escucharás sobre diversos estilos. Y al final, descubrirás que contar una historia es un arte y, por ello, no hay una forma correcta de hacerlo.

Sin embargo, sí vas a identificar una forma sencilla, simple y efectiva de pensar, escribir y contar una historia. Sí, una fórmula para contar historias. El ABC del storytelling.

¿En qué consiste el ABC del Storytelling?

Para alcanzar a identificar y destilar un ABC del storytelling, dividiremos las historias en tres actos:

Primer Acto: Todo comienza con lo que llamaremos ANTECEDENTE. En muchos sitios lo encontrarás como Exposición. El antecedente es la explicación de lo que vamos a ver en la historia. Si el telón se abre, tu verás cierta escenografía: una sala, una cocina, un taller mecánico, un puerto. El antecedente es la escena en donde arranca la historia. Es la fecha, es la presentación de los personajes. Es el quién, cuándo, y dónde. Es la fecha. Para entender una historia necesitamos un antecedente que explique qué estamos viendo.

Segundo acto: Los escritores le llamamos NUDO. Coloquialmente podemos llamarlo situación. En negocios lo llamamos reto, complejidad o problema. Aquí es donde arranca la historia. La definición de nudo es: “lo que rompe la normalidad de los personajes o de la historia”. Si no hubiera un nudo, los personajes se mantienen en un antecedente eterno, donde nada sucede. Si algo se rompe, entonces tenemos una historia.

Tercer acto: RESOLUCIÓN o desenlace. El nudo se debe resolver de alguna u otra forma. El objetivo del desenlace es reestablecer la normalidad de la historia o de los personajes. Difícilmente se reestablece la normalidad del antecedente, normalmente se crea una nueva normalidad, ya que algo que se rompe, no se puede “desromper”. El desenlace tiene una característica particular: Si todo termina bien, tenemos una comedia; si todo termina mal, tenemos una tragedia o un drama.

No es una fórmula química…

¿Tiene que ser en ese orden?, te preguntarás. En términos cronológicos y simples, si. Pero el cerebro logra identificar las historias, la narrativa y el Storytelling de forma modular.

Si bien casi todas las historias comienzan con un tipo de antecedente, muchas de ellas comienzan con el final, otras con el nudo como “Amores Perros” (Iñarritu, 2000) o “Pulp Fiction” (Tarantino, 1994).

El cerebro es una máquina tan compleja e increíble que puede identificar, reordenar y hacer sentido de una historia resuelta. El secreto es contar bien los tres actos. Es decir, el orden de los factores sí puede alterar el producto, pero al final, si están bien aplicados, siempre termina siendo una historia.

Si te fijas bien, todas las películas, todos los libros, todas las series de televisión, todos los cuentos tienen esta estructura. Pero si pones atención, todas tus historias, todo lo que pláticas con tus amigos, familiares o colegas, todas tus experiencias tienen esta estructura: un antecedente (donde estabas), un nudo (algo relevante que te pasó) y una resolución (o un final).

Ese es el punto principal de las historias, el Storytelling tiene el objetivo de comunicar. Y si lo logras dominar, tú estarás al frente y controlarás lo que se tiene que comunicar.

Si quieres transformar la forma en que te comunicas, puedes adquirir mi libro 'Storytelling para negocios: ¿Cómo Lobo Feroz cerró el trato?' con el que aprenderás a aplicar la fórmula narrativa em tu estrategia de negocios.

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Descubre cómo el storytelling puede marcar la diferencia en tu empresa y en tu vida profesional.